Todavía recuerdo mi primer beso…

Todavía recuerdo mi primer beso…

Todavía recuerdo mi primer beso…

Crecí en una época muy bonita, donde los (as) jóvenes llamábamos por teléfono a nuestros (as) enamorados (as) y nos quedábamos callados (as), sin importar quien contestara.

Conocíamos las letras de todas las canciones románticas y dedicábamos canciones a nuestros platónicos amores sin dar la cara.

Fue con mi generación que el cartero entregó las últimas cartas de amor eterno, selladas con un beso rojo al dorso y una poesía.

De esa etapa guardo entre mis recuerdos el episodio en que vi por primera vez, en el parque de mi pueblo, al muchacho más lindo que había visto, que desde ese día se convirtió en el motivo de mis nervios. Tenía el pelo negro y la piel delicada y blanca y una elegante figura. Contaba con excelentes referencias: era un joven serio, de buena familia, estudiante de medicina, entre otras cualidades que lo hacían único en todo mi pueblo.

Un tiempo después, mi primo, en un acto de indiscreción, le informó de mis sentimientos y arregló una cita. Esa noche me dijo que él también estaba enamorado de mí y me pidió que fuéramos novios. Yo no cabía en mi alegría.
Esa noche realizamos nuestra primera caminata por el parque agarrados de la mano y, sentados cerca de la glorieta, me tomó delicadamente la cabeza para besarme.

Era mi primer beso y quería que fuera perfecto. Lo había soñado muchas veces y las escenas de las telenovelas, entre el susto y la emoción, me ayudaron a salir del apuro y me introdujeron en el mundo mágico del amor.

Ese fue un noviazgo bonito que duró más de cinco años. Cuando terminó y busqué un nuevo horizonte en el amor nunca dejé de reconocer lo importante que fue en mi vida amorosa.

Traigo este recuerdo a colación a propósito de un mensaje en el que se relaciona el primer beso con el primer voto, haciendo referencia a los nuevos votantes que participarán en el próximo torneo electoral.

El primer beso es muy importante, porque es la entrada a un mundo que puede ser dulce o amargo. En el caso de las mujeres, cuando somos bien orientadas por nuestras madres, pensamos muy bien a quién darle nuestro primer beso o a quién entregar nuestro amor.

Por todos lados hay mujeres marcadas para siempre por el error de entregarse a un mujeriego, a un manipulador o a un maltratador. Por eso lo prudente es guardarlos primeros besos a alguien que, aunque no tenga tanta fama y experiencia como los “picaflores”, a lo mejor pueda darnos más estabilidad, más amor y menos dolores de cabeza.

Lo mismo creo sobre el primer voto. Es una decisión muy importante que también recordaremos toda la vida. Podemos contribuir a tener un país mejor o, sencillamente, ser cómplices de los graves males que nos sacuden.

Es decir, que 15 de mayo los jóvenes tenemos un reto grande, ya que nuestro voto determinará el futuro del país.

Una fotografía del presidente Danilo Medina acompaña el mensaje de que el primer voto es como el primer beso y que hay que saber a quién darlo. Su gestión ha aumentado la delincuencia, la corrupción, el desempleo, la impunidad, la desesperanza, la pobreza, el sicariato, el narcotráfico, la destrucción de los valores, entre otros males.

Por eso no creo que la reelección esté adornada de los valores que puedan entusiasmar a la juventud como si fuera equivalente al primer amor o al primer beso, que siempre están cargado de inocencia y de deseos de dar y recibir lo mejor.

No pretendan engañarnos. Los jóvenes somos el presente y el futuro, pero no creo que logremos alcanzar ese futuro votando por la reelección. Lo que no han solucionado en 16 años, no tendrá solución en cuatro años más de gobierno. Para lo que han servido los gobiernos del PLD es para enriquecer sus allegados y endeudar el país. Como joven prefiero algo diferente: nuevos aires y el amor de algún joven sin tanta “calle”.

Por eso mi apuesta es por el cambio. Creo en la necesidad de nuevas caras políticas. Porque soy joven y los jóvenes merecemos que nos den oportunidades y merecemos un mejor país, apuesto, porque en el proceso electoral venidero ese primer voto se hinche de amor y se ilusione con el cambio.



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