¿Tendremos un año mejor?

¿Tendremos un año mejor?

¿Tendremos un año mejor?

En este punto del año, cuando el calendario despide sus últimos días, resulta frecuente escuchar una multitud de planes y proyectos.

Entre familias se proponen realizar sueños pendientes; y surgen promesas de Estado y sociales de alto vuelo a las que debemos poner mucha atención.

En ese rango se inscribe la promesa de que los dominicanos verán en funcionamiento durante el próximo año la termoeléctrica Punta Catalina, y la segunda línea del Metro de Santo Domingo.

No necesitamos más promesas. Con que se cristalicen esas dos obras sería de gran alivio para los dominicanos, pero no suficiente.

Y no lo sería porque no habrá una solución total a los apagones con la termoeléctrica de Punta Catalina. Tampoco el servicio de transporte de pasajeros y el caos en el tráfico de la ciudad quedará resuelto con la segunda línea del Metro de Santo Domingo.

Pero los dominicanos necesitamos esas dos obras, que ya cuentan con un sensible retraso para su entrega.

El beneficio social, de cumplirse estas dos promesas, es incuantificable a corto y mediano plazo.

No será una promesa cumplida, una vez se cuente con ellas, se constituirán en el pago de una deuda histórica –en el caso de Punta Catalina y el fin de los apagones– que contrajeron varios gobiernos con el pueblo sin honrarla durante décadas.

Esperemos, como dijo hace poco el presidente Medina, que “2018 será mucho mejor”.



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