Temas que no deberían de ser tratados pero, hay que hacerlo

Temas que no deberían de ser tratados pero, hay que hacerlo

Temas que no deberían de ser tratados pero, hay que hacerlo

Porque…”Ni te retrases ni te adelantes. Haz lo que

Debes a su debido tiempo, sin angustia.”

 

El futuro tiene muchos nombres;

Para los débiles es lo inalcanzable;

Para los temerosos, lo desconocido;

Para los valientes, es la oportunidad.

Víctor Hugo.-

         Diariamente los hechos y actuaciones de muchas personas, desde hace bastante tiempo, se han empañado en hacernos creer que la vida se circunscribe solamente a negocios. Negociar con todos y por todo, incluyendo hasta la amistad y el querer.

         Hay quienes se alían hasta con el  mismo Satanás, si con eso pueden lograr sus propósitos y, al  mismo tiempo, presentar sus acciones como el máximo sacrificio que pueden hacer por los demás o por el país.

         Y, son tantos los ejemplos y acciones que se producen a diario, que no dejamos de asombrarnos de su infinita desfachatez y cara dura. Porque hay tal descaro en el accionar de algunos o de una gran mayoría de nuestros “representantes”, que después de ellos aprobar y aprovecharse de esa aprobación, previo a un “$uicioso” estudio de un contrato, a todas luces perjudicial para el país, uno de ellos tiene el tupe de solicitar dizque la interpelación de un funcionario por hacer algo que primero hicieron, promovieron y ejecutaron ellos mismos…¡descarados!

         Algo parecido con la compra de los “súper Trúhanes”, que han presentado y continúan argumentando, como una maldita falacia más de esas que nos tienen acostumbrados estos políticos, indolentes con los intereses del país, de que los mismos han sido la panacea, la adquisición mágica, que logro llevar las trazas ilegales en los cielos dominicanos a la más mínima expresión, prácticamente a su desaparición.

         Mentira desvergonzada, para, por una parte ocultar las tantas partes oscuras que esto conllevo, en contubernio asqueroso entre “representantes” y testaferros del poder militar, que en ese entonces hacían de marionetas al frente de las instituciones militares, cuya alianza o sociedad aún continúa,  entre algunos de estos negociantes políticos y esas lacras, como bien los definió el Presidente Leonel Fernández, en su momento.

         Y, por la otra parte, de innúmeras formas y maneras, para que conste en la historia, hemos manifestado que no fueron los famosos “trúcamelos” los que detuvieron las torrenciales lluvias de drogas sobre nuestro territorio, sino, las acciones que adopto, por encima de mil y poderosos intereses geopolíticos, el Presidente Hugo Chávez, al adquirir los radares, aviones y helicópteros, entre otros equipos, que cerraron el espacio aéreo venezolano, cuando en esos momentos era utilizado con dolorosa impunidad, por los narcotraficantes.

         Eso sí detuvo las trazas de vuelos ilegales a nuestro país, aunque ahora nadie lo diga y mucho menos lo reconozca, ya sea por temor o conveniencia. Porque antes de esto, los gastos eran para producir estadísticas, quizás con fines políticos estratégicos que solo le interesaban a una parte y, de las cuales, este país se enteraba cuando ya eran historias bien conocidas.

         Pero, más aun, y es que estos mismos que auparon, propugnaron y visitaban asiduamente el Congreso Nacional en busca de la aprobación del contrato de los “Super$$$$$”, nunca fueron sinceros y dijeron que la principal función de estos aviones, eran para los desfiles militares carnavalescos y que un payaso hiciera reír y divertirse con sus ocurrencias, a las autoridades presentes….¡Sí, señor, por primera vez en los cielos dominicanos…!

         Hoy, por fin, la Dirección Nacional de Control de Drogas –DNCD-, recibe el apoyo para obtener lo que, en verdad, se necesitaba en contra de esos bombardeos indiscriminados de drogas, por lo menos, un helicóptero de doble turbina, que con la Fuerza de Reacción Rápida (URT), quien quiera que sea, ya sea por aire o por mar, para entrar drogas al país, tendrá que pensarlo muy bien.

         Si es necesario, después continuaremos, porque la verdad monda y lironda es que estos “negociantes”, tanto civiles como lacras militares, ni lavaban ni prestaban la batea, simplemente, la droga no era su problema. Solo les interesaba la asociación cívico-militar de negociantes que lograron articular, cuyas cabezas formaban parte del famoso anillo de “ayudantes y espalderos”, que cumplieron y pretenden continuar cumpliendo, con lo dicho por el filósofo español Feijo, “Para quien ama la lisonja, es enemigo quien no es adulador”. ¡Si señor!



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