El mundo está dando señales de una regresión al proteccionismo, indicando el posible final del movimiento globalizador que se basó en la integración económica mundial como garante de la paz y motor del desarrollo que impulsara un mayor bienestar.

Sin dudas esta corriente globalizadora trajo consigo el traslado de empleos hacia plazas productivas de jornales y costos más bajos, y movilizó una inmigración que muchos consideran desplaza empleos nativos por su disposición a recibir una menor paga por su trabajo.

Lo anterior es una síntesis del pensamiento que ha guiado movimientos como el Brexit y el América Primero de Donald Trump.

Nosotros como pequeña economía abierta, isleña y caribeña, no podemos ignorar las señales y debemos hacer una pausa, para que pensadores y forjadores de políticas publicas puedan ponderar no tan solo las áreas de nuestra economía que pudieran sufrir embates y preparar estrategias defensivas, sino también procurar vías alternas por las cual perseguir en lo adelante un desarrollo sostenible.

Por ello, y observando que entre las empresas más grandes del mundo, medidas por su capitalización, son empresas tecnológicas como Apple, Alphabet, Microsoft, entre otras, queda claro que el desarrollo de tecnologías mediante la innovación es una de esas vías de desarrollo.

En nuestro país el modelo del Instituto Tecnológico de las Américas, ITLA, ha sido de comprobado éxito, mas por la preparación de mano de obra que por la innovación.

La celebración en el país del EmTech, evento de divulgación tecnológica auspiciado por la Universidad OyM, constituyó un éxito extraordinario.

Fue un foro en el cual investigadores asociados a la afamada universidad Massachusetts Institute of Technology señalaron tendencias y aplicaciones de las innovaciones y tendencias tecnológicas actuales más importantes.

La celebración de este foro constituyó un paso acertado en el camino correcto, digno de emulación por muchos otros centros superiores del pensamiento y la enseñanza.