Sustitución de Dios por un objeto distinto

Sustitución de Dios por un objeto distinto

Sustitución de Dios por un objeto distinto

Dios pone en el hombre la necesidad de conocerle, buscarle y adorarle; pero muchos no creen en él por no ponerle atención a ese llamado.

Influenciados por su entorno o razonamiento, algunos cometen “suicidio intelectual” al decidir no escuchar nada que venga o se parezca a Dios, asumiendo una actitud hasta de odio hacia ese “objeto” que ellos mismos afirman que no existe, y sus seguidores.

Sin embargo, puntualizamos que todo lo que puede ser pensado existe, y como Dios puede ser pensado, debe existir.

En todo caso, ¿puede dañar algo que según algunos no existe? o ¿es que acaso tienen miedo a creer?
Los “ateos” no creen en la existencia de una realidad superior; mientras que los agnósticos no creen en nada, pero tampoco lo descartan en un 100%.

Sin embargo, la credulidad es normal en el ser humano. James Hunter, en su libro “La paradoja”, expresa que: “todo el mundo tiene un objeto de adoración”.

La diferencia es que los ateos y agnósticos no creen en Dios, sino que tienen un objeto distinto. Por eso algunos intentan llenar ese vacío creyendo en la lectura de la taza, adorando el sol, consultando a los muertos, etc. sustituyendo así la devoción al verdadero Dios.

Este grupo de personas no puede comprender a Dios, porque el mismo apóstol Pablo dijo en 1 Cort. 1: 18-21: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden”.

Pues está escrito (1 Cort. 1:19-2) que Dios “destruirá la sabiduría de los sabios, y desechará el entendimiento de los entendidos.

Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación”. ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?



Senabri Silvestre

Editora de Nacionales del Periódico El DÍA, amante de Dios y de mi familia.

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