Supervivencia

Supervivencia

Supervivencia

Hay una persona muy cercana a mí que tiene una cualidad que admiro profundamente. Es capaz de llevarse bien con todo el mundo.

Hace unos días alguien me dijo: “Es que todos le quieren…”. Y empecé a analizar por qué.
Está presente siempre, pero no le gusta destacar, cuando lo necesitas o entiende que aporta algo, da un paso hacia delante. Analiza todo y a todos los que le rodean y es capaz de empatizar de tal manera que usa el lenguaje que su contraparte entiende y, ante todo, da respuestas y soluciones, muchas veces con el trasfondo de ganar, ganar.

Se sorprende por casi todo, busca explicaciones más allá de lo obvio, rechaza de manera profunda aquello que considera injusto y lo hace saber.

No le gustan los halagos, siempre contesta: ¿quién dice que yo soy mejor que tú? Es solidario con cualquier persona a la que considere que le están vulnerando sus derechos. Es un luchador, silente es verdad, pero no tira la toalla y es tan metódico que a veces quieres que salga de su zona de confort. Pero así es feliz y cuando le toca enfrentar algo que no controla se le devuelve lo que ha dado: siempre aparece una mano amiga.

Ahí es que quiero llegar, el hecho de que esta persona valore tanto a los demás y haga el esfuerzo por entenderse con todos, no es porque sea ingenuo (ha sufrido decepciones, claro).

Para él, es la mejor forma de supervivencia. Eso le hace sentirse bien consigo mismo y sembrar unas relaciones interpersonales que casi siempre se le devuelven de manera positiva.

¿No es lo que todos queremos? Entonces, si ves maldad, superioridad, competencia, egoísmo, envidia y un largo etcétera en los demás y siempre estás a la defensiva, ¿qué vas a tener de respuesta?



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