Sueño utópico

Sueño utópico

Sueño utópico

Inescrupulosos criminales asesinaron a un guardiàn e hirieron a otro cuando retiraban una valija con dinero de un camión de se guridad, frente a Bella Vista Mall, el pasado miércoles 14 de septiembre, en la ciudad capital.

En otras oportunidades he externado mi preocupación por la inseguridad con que desempeñan su labor los serenos, guardianes, vigilantes o guachimanes como les llaman parte del pueblo.

En esta oportunidad los criminales tenían las armas de fuego ocultas en un estuche de guitarra y cuando los guardianes dieron la espalda por la espalda les dispararon de la manera más cruel y perversa.

Recuerdo todavía con mucha pena al guardián que asesinaron en la avenida 27 de Febrero esquina Antera Mota de Puerto Plata.

La cámara captó con claridad al asesino cuando mataba al guardián, y se comenta, que la policía conoce muy bien al matador, pero para darle seguimiento hace falta dinero, dinero del que la Policía, según también se comenta, no dispone. Algo insólito, increíble, inaceptable. Pero estamos en la República Dominicana, un país donde todo es posible.

Precisamente, anoche soñé, uno de esos sueños insólitos. Soñé que en nuestro país guardaban prisión muy pocos ladrones, y no quedaba vivo un solo criminal.

Los regidores, diputados y senadores eran escogidos por el pueblo entre los más puros, eficientes, honrados y capacitados ciudadanos con vocación de servicio.

En los tribunales no existían quejas en contra de funcionarios corruptos y el pueblo disfrutaba de excelentes atenciones en los hospitales públicos y las clínicas se quejaban por la competencia desleal por parte de dichos hospitales.

Los colegios privados tuvieron que cerrar sus puertas porque los ricos inscribieron sus hijos en las escuelas públicas que era gratuita y sus profesores insuperables.

Desaparecieron los moto-conchos y los campesinos estaban tan contentos en su conuco que ni siquiera de visita bajaban a la ciudad.

Eran tantos los turistas que tuvimos que desviar muchos vuelos para Haití, Puerto Rico, Venezuela, Cuba y otros pueblos vecinos.

Era un sueño tan bonito que pensé que estaba en el paraíso y le pregunté a un ángel que pasaba por mi lado ¿por qué de repente tanta felicidad y alegría en mi pueblo? y el ángel amablemente señaló para la tierra y me mostró sobre una hermosa nube blanca un enorme letrero que decía:

“Si robas, eres un ladrón, y vas preso. Si matas, eres un criminal, y a los criminales aquí los fusilamos”. República Dominicana.
¡Qué lástima! En ese momento desperté y dejé de soñar.



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