El máximo responsable ejecutivo de Standard Chartered Plc ha recurrido a inversores para reunir US$5,100 millones, ha eliminado los dividendos y se ha deshecho de activos tóxicos desde su incorporación al banco en junio.

Hoy, los inversores comprobarán si la entidad crediticia con sede en Londres ha hecho lo suficiente como para superar la última ronda de pruebas de resistencia, basada en datos de fines de 2014, en momentos en que los organismos reguladores redoblan la vigilancia sobre la exposición a mercados emergentes.

“A juzgar por las cifras históricas, es posible que puedan fracasar, pero la obtención de capital lo solucionaría”, dijo Edward Firth, un analista de Macquarie en Londres.

“La peor posibilidad sería un fracaso, y los análisis indican que necesitan más capital del que han reunido. Yo habría dicho que eso rayaba en lo impensable”.

Tanto Standard Chartered como HSBC Holdings Plc, que generan la mayor parte de sus ganancias en Asia, salieron airosos de la evaluación de 2014 del Banco de Inglaterra (BOE, por la sigla en inglés).