Los dólares no están apareciendo con la fluidez acostumbrada y se mantiene subiendo algunas décimas cada día, lo que empieza a poner la moneda estadounidense bajo la mira.

¿Pero es sobre esa divisa que hay que poner la atención?

Miremos mejor el comportamiento del peso, que es la moneda sobre la que tenemos posibilidad de incidir.
Necesitamos dólares para comprar lo que luego se venderá en pesos.

Entonces, si moderamos las adquisiciones en pesos de los bienes y servicios que compramos en dólares, la divisa extranjera perderá cotización y será más abundante.

La otra opción que tenemos es usar pesos para producir bienes y servicios que luego podamos vender en dólares.
Por ejemplo, gastamos muchos pesos comprando derivados del petróleo que adquirimos caros en dólares.

Si consumiéramos menos combustibles con los pesos que tenemos, necesitaríamos menos dólares para obtener esos productos en el extranjero.

Aplique esa fórmula con todos los productos que no se producen en el país.

Moderando lo que consumimos pagando con pesos podemos podríamos contener la escasez de dólares, que a su vez provoca un alza en su cotización y provoca inflación.