Snapchat: mensajes efímeros y dos jóvenes millonarios

Snapchat: mensajes efímeros y dos jóvenes millonarios

Snapchat: mensajes efímeros y dos jóvenes millonarios

San Francisco.- Snapchat, que entrará en bolsa este jueves, se convirtió en pocos años en un fenómeno social con sus mensajes efímeros, metiendo a sus creadores, Evan Spiegel y Bobby Murphy, en la lista de los millonarios más jóvenes del planeta.

La historia de la empresa, llamada Snap, comparte con las leyendas de Silicon Valley la euforia de los inversionistas, que la valoran en unos 24.000 millones de dólares, así como cierta controversia sobre la paternidad de su producto estrella, como ocurrió en su momento con Facebook y Twitter.

Sin embargo Snap tiene su sede lejos de Silicon Valley, sobre la turística playa de Venecia Beach en Los Ángeles, y la imagen proyectada por Evan Spiegel, su jefe de 26 años, no tiene nada que ver con la de un «geek», como se conoce a los apasionados de la tecnología y con amplios conocimientos de ésta.

Los medios han abundado sobre la infancia dorada del joven Spiegel en el exclusivo barrio de Pacific Palisades, sus correos indecorosos y sus grandes fiestas de estudiantes, e incluso su famosa novia, la supermodelo australiana Miranda Kerr.

En una conferencia en 2013 en Stanford, Evan Spiegel reconoció ser del grupo de los privilegiados. «Soy un hombre joven, blanco, educado. He sido muy, muy afortunado», afirmó, y agregó que para triunfar «no es necesario trabajar duro, sino que se trata de sacar provecho del sistema».

Y explicó cómo las conexiones familiares le permitieron asistir a Stanford, relacionarse con celebridades de Silicon Valley y obtener así un trabajo en la compañía de software Intuit.

Entre sus otras experiencias profesionales están la de pasante en RedBull, o de un informático biomédico en un laboratorio… Sin embargo, se decantó por estudiar diseño en Stanford, para finalmente abandonarlo justo antes de graduarse para concentrarse en Snapchat.

Génesis polémico
Si Evan Spiegel es la cara pública de Snap, Robert «Bobby» Murphy se describe a menudo como su cerebro. Director técnico de Snap de 28 años, se le atribuye el programa de Snapchat.

Muy pocos detalles se han filtrado sobre él, pero de acuerdo con Forbes sus padres eran funcionarios en Berkeley y su madre, originaria de Filipinas.

La versión oficial es que Evan Spiegel y Bobby Murphy se hicieron amigos en la fraternidad Kappa Sigma en Stanford e inventaron todo Snapchat. «Pensamos que podía estar bien eliminar las fotos», explicó Evan Spiegel en 2013.

Un tercer miembro de Kappa Sigma, Reggie Brown, sin embargo, reivindicó la autoría de la idea inicial, el logotipo como un fantasma y el nombre original de la aplicación, Picaboo, demandando a los otros dos por haberlo excluido.

Una alusión a este asunto se encuentra en el borrador del proyecto de entrada en bolsa: Snap dice haber pagado 157,4 millones en 2014 a un «individuo» no identificado para resolver una disputa legal sobre cuestiones de propiedad intelectual.

Mientras tanto, Evan Spiegel y Bobby Murphy rechazaron los 3 millones de dólares que Facebook les ofreció en 2013 para comprar la compañía.

Forbes estima su fortuna actual en 4.000 millones cada uno.

Y la entrada en bolsa no va a reducir su control sobre la empresa: las acciones ofrecidas a los inversores son sin derecho a voto.

¿Un modelo sostenible? 
«Picaboo» fue lanzada en 2011 y rebautizada Snapchat, e inmediatamente se hizo popular en las escuelas.
La aplicación superó su primer millón de usuarios diarios en 2012, los 50 millones en 2014 y los 100 millones en 2015. A finales de diciembre de 2016, alcanzaba los 161 millones.

El proyecto de entrada en bolsa, que podría concretarse el jueves, habla aún de «sexting», pero para decir que la aplicación sirve «para mucho más». Ahora Snap dice querer «reinventar la cámara» y también vende lentes.

La empresa afirma poder generar ingresos «sanos» y «sostenibles» gracias a la publicidad para una franja de edad codiciada, la de 18-34 años, que constituyen la mayoría de los usuarios Snapchat.

Reconoce, sin embargo, que no tiene ninguna garantía de seducir a un público mayor, comenzando por sus futuros inversores: durante la gira de presentación antes de la entrada en bolsa, algunos manifestaron dudas sobre sus perspectivas, y Snap tuvo que prever una video para explicar todo el funcionamiento de su aplicación estrella.



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