Sin mentiras es mejor

Sin mentiras es mejor

Sin mentiras  es mejor

Es posible que la República Dominicana haya incurrido en algunos errores en el manejo de sus relaciones con Haití, específicamente en lo relativo a la regulación de extranjeros en su territorio, del mismo modo que el vecino país también ha cometido los suyos.

Los conflictos, sea entre naciones como entre individuos, son inevitables. Para solucionarlos existen normas y mediaciones fundamentadas en hechos ciertos y con argumentos razonables que puedan servir de base para arribar a acuerdos finales.

En el affaire entre República Dominicana y Haití el entendimiento se hace más difícil debido a que el presidente Martelly introduce falsedades y mentiras en las discusiones que se llevan a cabo en ausencia de representantes dominicanos y ante foros obviamente parcializados en contra de nuestro país.

Martelly miente a sabiendas cuando afirma que haitianos han sido llevados a la fuerza hasta la frontera. Miente también cuando habla de deportaciones masivas de haitianos, a sabiendas de que no se ha producido una sola.

Esta actitud del gobernante haitiano no nos permite ver con optimismo un desenlace de la citada crisis.

La República Dominicana debe, por tanto, emplearse a fondo para que, sin menoscabo de nuestros derechos, pero sin posturas arrogantes, haga valer plenamente sus leyes en nuestro territorio, mientras se continúe la búsqueda de soluciones bilaterales consensuadas.



Etiquetas