Sin educación no hay desarrollo

Sin educación no hay desarrollo

Sin educación no hay desarrollo

Carlos Salcedo.

El 86 % de los estudiantes del sistema de educación pública dominicana se encuentra en los niveles más bajos de desempeño en todo el mundo (PISA 2015).

Esto no quiere decir que no haya intelectuales y gente talentosa y trabajadora en nuestro país.

Según los estándares internacionales medidos por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en su informe PISA, fundamentalmente en las áreas de Literatura, Matemáticas y Ciencias no estamos bien. Esto no es sorpresa, puesto que la aplicación del 4 % del PIB es de factura relativamente reciente y el énfasis de la inversión ha sido para infraestructura y alimentación escolar, lo que no deja de ser importante.

Las deficiencias del sistema educativo mostradas por el más reciente informe de la OCDE deben servirnos como punto de comparación de los resultados positivos esperados luego de un tiempo de implementación del nuevo modelo educativo.

Tenemos una ventaja. Podemos aprender de países que han sido exitosos y que han diseñado un buen sistema educativo que incentiva el pensamiento crítico, la innovación, el interés en la ciencia y la tecnología como las vías idóneas para generar y acelerar el desarrollo del país.

Solo una sociedad bien educada, donde cada quien tenga oportunidad de desempeñarse en el área que le apasione y hacer su valioso aporte a la sociedad, puede salir rápidamente de la pobreza y dejar la mediocridad del sistema en el pasado. Si tenemos una población bien formada, instituciones democráticas sólidas, una cultura de paz y cuidamos de nuestro medio ambiente, estaremos en el camino de consolidar un país desarrollado e inclusivo.

El desarrollo cuesta y toma tiempo. Debemos adoptar metas sociales y cumplirlas.

No dejar esas ambiciones en papel pensando que otro las hará realidad. Muchas veces caemos en el error de pensar que la tecnología y un país avanzan rápida y automáticamente por reglas de mercado y productividad social.

La única manera de que eso pase es cuando un grupo cada vez mayor de personas talentosas y decididas conjuga su inteligencia y voluntad por una misma causa y cree en un futuro mejor y en ideas sustentadas en la experimentación y validación científica, no en iniciativas de tipo clientelar o populista.



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