Si yo fuera presidente declararía por decreto “templos sagrados” las escuelas dominicanas y mandaría al Congreso Nacional un anteproyecto de ley para que sean detenidos y juzgados en un tribunal para menores los jovencitos que penetren a una escuela para robar su inversor, baterías, computadoras, abanicos, lámparas y hasta el desayuno escolar, perjudicando a cientos, miles de estudiantes.

Hay escuelas que han sido robadas en varias oportunidades y aunque se sabe quiénes son los ladrones, nada se puede hacer porque son “menores de edad”.

Es preferible detener ahora a esos jóvenes y llevarlos por un tiempo a un reformatorio con psicólogos y profesores altamente calificados para transformarlos en futuros hombres de bien para la sociedad. Cuando sean adultos, lo agradecerán.

Si son atracadores y asesinos también los mandaría a un tribunal para menores para ser evaluados emocional y psicológicamente y determinar su grado de responsabilidad y el castigo que merecen.

Si son mayores de edad, condenarlos a la pena máxima, porque de lo contrario los robos en las escuelas públicas jamás terminarán.

Es una lástima que por situaciones legales no puedan ser aceptadas como pruebas en los tribunales fílmicas captadas por las cámaras donde se puede ver con perfecta claridad a un individúo cometiendo un robo, un atraco o un crimen.
Duele por la impotencia saber quién es, cómo se llama y dónde vive, un hombre que debería estar preso, andando libremente para arriba y para abajo haciendo lo que siempre hace, robar, atracar y asesinar.

Si yo fuera presidente, ascendería a los policías que enfrenten y detengan a los delincuentes que sean sorprendidos en flagrante actividad, y si pierden la vida, también los ascendería póstumamente y les asignaría su salario completo a su viuda y sus hijos hasta que el menor cumpla los 21 años de edad.

Si no tiene hijos ese dinero se lo asignaría a su viuda o compañera sentimental durante tres años consecutivos, si durante ese tiempo no se vuelve a casar o tener marido. Si es soltero se lo asignaría a su mamá.