En nuestro país, las propiedades del Estado tienen muy pocos o ningún doliente, en especial quienes tienen que protegerlas.

Esa ha sido la causa por la que la casi totalidad de ellas han sido privatizadas, y la inmensa mayoría están invadidas.

Todo producto de la falsa creencia de que lo que es del Estado podemos usufructuarlo sin ningún reparo ni autorización.

Es más, una gran mayoría piensa que “para que otros se lo roben, primero me lo llevo o lo utilizo yo”, una azarosa cultura que no nos deja que salir del subdesarrollo económico y mental.

Por esa inoperancia e ineficiencia del Estado es que obras de la categoría de los estadios donde se juega béisbol béisbol profesional en Santo Domingo y Santiago, y los techados de baloncesto Virgilio Travieso Soto, de Santo Domingo, y la Gran Arena del Cibao, Santiago, cayeron desde hace un tiempo en manos de un pequeño grupo de empresarios bajo el famoso sistema de patronatos.

Es una lástima que esas edificaciones, las más importantes del país, tengan que ser administradas por la empresa privada, porque el Estado ha sido incapaz de mantenerlas en condiciones adecuadas para desarrollar las actividades para las que fueron construidas.

Y eso es poco, ya que otras instalaciones, como es el caso de La Barranquita, construida para los Centroamericanos y del Caribe Santiago ’86, así como otros complejos en el interior, han sido ocupados sin que las autoridades hagan nada, a pesar de que tienen denuncias comprobadas de todos los casos.

Pero eso no solo pasa con las instalaciones deportivas, sino que también se da en otros sectores, como el agrícola, dado que los ingenios del Estado están en su mayoría cerrados, mientras los de propiedad privada están boyantes económicamente.

Así las cosas, ¿cómo creer que bajo esas condiciones se puede conducir al país hacia un mejor destino?

RADARES.- Juan Carlos Payano defendió a sangre y fuego su título gallo, versión AMB, el pasado domingo ante el estadounidense Rau’shee Warren. El combate se definió por decisión dividida, lo que demuestra que fue una batalla bastante equilibrada…

Los números que está acumulando Adrián Beltré, definitivamente lo llevarán a Cooperstown.