Las derrotas dejan ver debilidades que jamás habían sido detectadas. Individuos considerados líderes, de repente dejan ver el refajo y sus imágenes caen abruptamente, la mayoría de las veces sin encontrar otras posibilidades de demostrar lo contrario.

Casos de esa naturaleza se presentan a diario, viendo como caen cabezas y liderazgos de personas que en un momento dado fueron considerados líderes de avanzada para conducir al triunfo a sus tropas.

Sin embargo, en batallas que pueden ser decisivas se cometen pifias consideradas infantiles, creyendo que sus actuaciones son las mejores en el momento.

La labor del dirigente de los Dodgers, Dave Roberts, durante el desarrollo de toda la Serie Mundial ante los Medias Rojas, es lo que más se acerca a pasar de héroe a villano puro.

Cometió errores al por mayor y al detalle, que podrían dar al traste con su carrera de dirigente, porque es muy probable que no regrese con los Dodgers la próxima temporada, no solo por presión de muchos de sus ejecutivos, sino porque los fanáticos quedaron desencantados con su labor final, donde demostró muy poco coraje y sabiduría en la toma de decisiones.

Casos como el de Roberts, que de “genio” pasa a ser “estúpido”, se han dado en el transcurso de la toda la historia de la humanidad, siendo los errores militares en grandes batallas los más citados por la historia, por la importancia que han tenido para millones de personas.

Creo que para el dirigente de los Dodgers, esta Serie Mundial 2018 ha sido lo que la batalla de Waterloo representó para Napoleón Bonaparte, quien después de épicas y estruendosas victorias en todos los frentes ante poderosos ejércitos de todo el mundo, cayó por siempre de su pedestal ante las tropas del Duque de Wellington.