Septiembre golpista

Septiembre golpista

Septiembre golpista

En septiembre del ’63, militares trujillistas, algunos empresarios, familias muy ricas y un sector de la iglesia católica se inscribieron en la fiebre del anti-comunismo y dieron un golpe de estado al gobierno constitucional de Juan Bosch, una acción terrorista de la que todavía no nos reponemos. A consecuencia de ese ‘pasquín histórico’ que lanzó la derecha recalcitrante tuvimos centenares de presos, asesinatos rastreros, una guerra civil que se convirtió en guerra patriótica ante la segunda invasión yankee y que luego se agregaron más asesinatos. Nos instalaron el MAAG (Grupo de asistencia militar USA) para ‘formar’ a nuestros militares y policías en la lucha contra el comunismo ‘ateo y disociador’. Entonces aparecieron los muchachos de la Escuela Las Américas, donde aprendieron a matar a los jóvenes comunistas, a los contestatarios, penetraron y mediatizaron grupos de izquierda, sindicatos, ligas campesinas. En fin, se puso en práctica un gran plan contrainsurgente del que aun padecemos. Una de las primeras acciones que la juventud de los 70’s sintió de esa fórmula de contrainsurgencia fue quebrar la esencia de lo que fueron los combativos clubes deportivos y culturales, así mediatizaron sus luchas y le construyeron súper canchas para que la práctica deportiva superara la actividad puramente cultural. La resistencia barrial fue herida de muerte, se inició el establecimiento del bipartidismo como expresión del pacto político entre los partidos conservadores y los sectores del poder. Una larga cadena de hechos y creencias colocan en vitrina, como trofeo del golpe de estado contra Bosch, a la farsa y contrahecha democracia (la que compramos cada 4 años) que vivimos hoy, y que hace creer a las grandes mayorías que otra sociedad no es posible. Mire usted adonde ha llegado aquel capricho de septiembre del ‘63.

Paremos este rápido recorrido de la historia reciente para decir lo útil que sería estudiar y profundizar en las consecuencias del golpe de estado a Juan Bosch, saber cuánto ha intervenido nuestra historia, descubrir los procesos que se interrumpieron, mirar como el ejercicio de la política se desnaturalizó.

La Fundación Juan Bosch, que celebrará un acto de recordación este miércoles 26 de septiembre, tiene como tarea urgente y cotidiana, mostrar la cara de este acontecimiento, sus consecuencias históricas, políticas y culturales, así como establecer culpas.



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