Semiótica del calzado

Semiótica del calzado

Semiótica del calzado

Entre antiguos los pies, por estar en contacto con el suelo, eran una parte contaminada del cuerpo. La astrología, técnica adivinatoria y de aproximación síquica, pone los pies bajo la regencia de Piscis, símbolo del alma.

En unas notas publicadas bajo el título Semiótica de la corbata, refiero el corazón y la glándula pineal como templo del alma. ¿Cuáles serían las implicaciones del caso si este Santa Sanctórum estuviera en los pies?

Uno de los primeros empeños de los padres están centrados en enseñarle al niño la palabra, el uso apropiado de la mano y a sostenerse sobre tarsos y talones. La posición erguida está acompañada de ventajas indiscutibles, lo mismo la palabra y la destreza manual.

Hoy día los pies son una parte ignorada si no está de por medio un contrato para llevar una marca particular del calzado o, en el caso de las mujeres, por la necesidad de agregar algunas pulgadas a su estatura o exhibir un diseño famoso.

Durante un par de años, a partir de 2008 —cuando el periodista Muntadhar al—Zaidi lanzó los suyos contra el presidente Bush en una conferencia en Irak— el zapato fue en Occidente símbolo de valor personal y nacionalismo. En Oriente Medio puede ser ofensivo mostrar a otro las suelas, como puede ocurrir al cruzar los pies.

El Antiguo Testamento recoge algunos pasajes a partir de los cuales se le puede atribuir impureza al calzado y lo propio podemos entender de las restricciones de su uso en mezquitas de la religión musulmana y templos de mormones.

Una de las sugerencias del pie toca lo erótico, como en el cuento de Cenicienta, para algunos historia antiquísima de origen persa. Allí el pie y el zapato tienen una carga particular: fálico, uno; vaginal, el otro (yin el pie, yang el zapato).

Un lector puede pasársela sin esta fórmula de interpretación de la historia de una muchacha sufrida, pero según mi manera de ver puesta en el camino de la fortuna por una técnica antiquísima para encontrar y conservar pareja: la destreza sexual.

Veamos los pies en correspondencia con el alma. Desde este punto se puede considerar una lectura paralela a la caminata de Jesús sobre las aguas. Era uno con un alma bastante fuerte como para desenvolverse en medio de pasiones sin ser arrastrado (entre los símbolos del agua está la naturaleza emocional).

la cultura, extendida hoy día sobre el Mundo como una red, va adelante con desprecio de toda trascendencia, la ignora, en el mejor de los casos; la esconde debajo de la mesa, la encierra en el calzado, habitualmente elaborado con cuero de res o de cabra, dos símbolos, a su vez, del mundo material según el mismo paradigma de donde los pies han sido tomados como símbolo del alma. En nuestros días aprisionada, puesta en el olvido.



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