Se avecina una nueva crisis alimentaria?

Se avecina una nueva crisis alimentaria?

Se avecina una nueva crisis alimentaria?

La reciente volatilidad de los mercados internacionales de productos agrícolas y el repunte en sus precios durante el 2010 han generado cierta preocupación, básicamente, en los países importadores netos de alimentos.

Entre las causas más importantes de la volatilidad y de la presión alcista en los precios se encuentran, el incremento en los precios internacionales del petróleo, cambios en la demanda global (aumento en el consumo en los países emergentes, crisis económica en los países desarrollados), los constantes cambios climatológicos y rigideces en la oferta de productos agrícola.

A mediados del año 2008, el precio internacional de los cereales había alcanzado su nivel más alto hasta que luego fue descendiendo en los meses posteriores y generar cierta tranquilidad en los mercados.

Sin embargo, durante el 2010 se observó un nuevo repunte, que se acentuó en julio cuando los precios del trigo aumentaron más del 50% con respecto al mes anterior.

Todo parece indicar que los precios se mantendrán elevados ya que según las últimas proyecciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), los precios de prácticamente todos los productos agropecuarios exceden en el periodo 2010-2019 a los observados en la década 1997-2006.

Una pregunta relevante es si nos encontramos en los inicios de otra crisis alimentaria como la de los años 2007 y 2008.

En primer lugar, en la actualidad, las causas del alza en los precios de los cereales parecen muy concretas: predicción de mala cosecha en Canadá debido a las intensas lluvias ocurridas en ese país; fuerte sequía en países como Rusia, Ucrania y Kazakstán; cambios en las políticas comerciales en Rusia, país que es un importante productor de trigo y que prohibió sus exportaciones de trigo por razones climatológicas y; por último, el incremento sostenido que han tenido los precios internacionales del petróleo durante el 2010.

Las tres primeras razones, son de carácter coyuntural y transitorio. Sin embargo, el incremento sostenido que han tenido los precios internacionales del petróleo y derivados en el año 2010 y principios de 2011 pueden afectar el comportamiento de los precios de los commodities debido a que algunos derivados del petróleo (combustibles, fertilizantes) se utilizan como insumos en el proceso de producción de muchos productos de origen agropecuario y esto puede tener repercusión en la formación de sus precios.

La República Dominicana es un país importador neto de alimentos, tales como: maíz, leche, soya, grasas comestibles y trigo, entre otros. La mayoría de estos productos sirven como insumos para la producción de otros bienes que son muy demandado por los dominicanos, tales son los casos del maíz por parte de la industria avícola nacional para la crianza de pollo y el trigo en la producción de pan.

Si bien es cierto que el país ha hecho grandes esfuerzos durante las últimas décadas en fortalecer el abasto y la seguridad alimentaria, los últimos acontecimientos de inestabilidad de los precios en los mercados agrícolas internacionales presagian amenazas y dificultades que pueden trastornar el desempeño futuro de la economía dominicana y afectar la seguridad alimentaria nacional; y si a esto se añade el comportamiento de los precios internacionales del petróleo, con más razón debe llamarnos a preocupación ya que con esa tendencia de aumento en los precios del petróleo y en algunas productos agrícolas es casi seguro que el país termine con una inflación de dos (2) dígitos, afectando la distribución del ingreso de los asalariados y en especial a los sectores más vulnerables.

Pienso que las autoridades que diseñan las políticas públicas macro y meso económicas deben, desde ya, de disponer de un sistema de vigilancia de los principales mercados internacionales de productos agropecuarios, en especial de aquellos que revisten ser importantes insumos para la industria nacional y además, habrá que modernizar y fortalecer las instituciones agropecuarias para que, en los momentos apropiados, intervengan en la estabilización de los mercados agropecuarios nacionales con instrumentos modernos y creativos.

 

*Director del Instituto de Investigaciones Socioeconómicas (INISE)

Facultad de Economía, Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)

 

 

 

 

 



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