Educar niños y disciplinarlos es una tarea difícil y delicada.

Pues con la crianza se promueve y se brinda soporte al infante acompañándolo a crecer en todos los aspectos de su vida, en base a cierta disciplina que le permita llegar a la adolescencia y luego a la adultez, de manera integrada y socialmente aceptable.

Algunos padres demuestran tanto afecto por sus hijos que se les hace difícil disciplinarlos, pues entienden que amarlos es apoyarlos siempre, no importa lo que hagan, siempre entendiendo que sus hijos son los que tienen razón en relación a los demás.

Otros padres esperan edades avanzadas de la niñez para comenzar con la formación, la información y las normas disciplinarias. Es un error.

Los niños entienden más de lo que los adultos creemos. Desde su nacimiento comenzamos a enviar mensajes a los niños y a disciplinarlos de algún modo, siendo que se desarrollarán en sus actividades físicas, emocionales, intelectuales y hasta espirituales, de la mano de nuestra guía.

Existen diferentes tipos de crianza que con frecuencia desconocemos al comenzar a ser padres y lo hacemos de manera inconsciente, siendo algunos padres muy autoritarios, otros muy permisivos y otros muy democráticos.

Ninguno de los tres por si solo es beneficioso para el niño.

Más bien, un poco de cada estilo y en momentos específicos sería lo ideal. Les corresponde a los padres y encargados, informarse, pues los niños necesitan rutinas, normas y estructuras para crecer y desarrollarse.
Si no puede solo, busque ayuda.