Todavía en esta época, la salud sexual de las mujeres no recibe la atención necesaria, como lo recibe la salud reproductiva y la integral.

La ciencia y la medicina no han dado la suficiente importancia a la gratificación de la mujer a través de su cuerpo-mente- espíritu, olvidando que cada persona tiene derecho a vivir su sexualidad y su vida sexual de forma plena.

En este tiempo continuamos negando a las mujeres la oportunidad de sentirse en la plenitud
cuando de sexualidad, sensualidad, erotismo y disfrute de su cuerpo, se trata. Recordemos que
la salud sexual se manifiesta en acciones voluntarias y responsables que enriquecen a las
personas y sus vidas.

De hecho, la mujer es una persona integral y completa. Los tabúes y mitos ante ellas mismas y ante sus respuestas ya sean sexuales o de otro tipo,
continúan reprimiéndolas de una manera u otra, de modo tal que hasta ella ve su vida sexual como algo secundario, colocando todo lo demás, como prioritario.

El deseo sexual, la excitación, disfrutar de su pareja, los orgasmos, son experiencias que en muchos casos la mujer no se atreve a expresarlas por temor a lo que piensen de ella incluso sus mismos compañeros sexuales, o las personas de su entorno, lo que no les permite disfrutar de una sexualidad y una vida sexual sana. La mujer tiene ya que empoderarse de sus deseos y necesidades sexuales, expresarse libremente.
Empoderarse de su vida sexual y de su sexualidad.