El concepto de género es fundamental para definir la sexualidad del hombre y la mujer. Siendo que el género es la suma de valores culturales, actitudes, papeles, prácticas o características culturales basadas en el sexo, la mujer se vuelve femenina y el hombre masculino, mediante los procesos de socialización.

Desde una edad muy temprana, se socializa a los niños y las niñas para que adopten los ideales concretos de lo masculino y lo femenino.

Estas normas y costumbres socioculturales, repercuten en el comportamiento de cada género.

La Organización Mundial de la Salud reconoce que el género determina de manera fundamental la salud mental y las enfermedades psiquiátricas.

Debido al aspecto histórico cultural, las mujeres han corrido un riesgo mayor de sufrir patologías psiquiátricas, por la cultura machista en especial en países tercermundistas y latinos.

En las culturas machistas, históricamente se ha subestimado a la mujer en todos los aspectos: social, cultural, económico, académico y sexual, lo que genera una fragilidad psíquica y emocional que podría ocasionar serios trastornos.

Entre ellos encontramos trastornos de ansiedad y angustia, de la personalidad, de la alimentación, trastornos depresivos, adicciones a drogas legales, no legales y otros.

Todo esto afecta a la familia y por tanto a la sociedad, pues los niños no se desarrollan adecuadamente y no hacen los procesos madurativos psíquicos y afectivos necesarios para un desarrollo de sus identidades y quedan expuestos a situaciones que pueden generar violencia y maltrato en su vida adulta.

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