El retorno a los Estados Unidos desde la República Dominicana me hizo plantearme la pregunta: ¿cómo es posible que algo ilegal se mueva a través de nuestros aeropuertos? Embarcamos por Santiago; sin fallar puedo decir que tuvimos 9 chequeos, uno de los cuales incluía un inapropiado cateo físico.

Digo inapropiado porque en los Estados Unidos y Colombia he tenido chequeos físicos y ninguno como este de Santiago, donde la oficial tocó la parte frontal de mis pechos. En los países citados, el de los pechos siempre ha sido en las partes laterales.

Me parece ideal que los aeropuertos tomen las medidas necesarias para evitar el trafico ilegal de cualquier mercancía, y garantizar la seguridad de los viajeros. Cuando tantos chequeos son realizados, y de todos modos seguimos siendo blanco de descrédito internacional en cuanto al narcotráfico y otros aspectos relacionados a seguridad, ese extenuante proceso que emplea a tanto personal pasa a ser un costoso circo de muy mal gusto.

Mientras hacíamos la fila para registrarnos en la aerolínea, dos mujeres entrevistaban a cada viajero y escribían un código en la parte trasera de los pasaportes.

El nuestro fue la fecha de viaje y las letras NZ. La mujer hizo una serie de preguntas monótonas y al final dijo que estaba abierta a responder cualquier pregunta, por lo que le pregunté cuál era el motivo de ese proceso; su respuesta: “Eso tiene que preguntárselo a Trump.”

Me pregunto si ese aparataje se esta realizando en todos los aeropuertos dominicanos. Santiago siempre ha tenido fama de tomar medidas de seguridad adicionales, pero no por ello ha resultado ser más seguro. Quisiera tener explicaciones que justifiquen estas incomodidades a los viajeros.