Hay dos procesos muy importantes ahora mismo en Acroarte.
El premio Casandra, que ya es el martes, y las elecciones de la institución que se avecinan para este año.
La nota que algunos compañeros les están dando a las elecciones le está quitando espacio al premio Casandra.
Sería bueno que como cronistas, preocupados por la institución, y vigilantes de que el gremio siga creciendo, todos deberíamos de no dejarnos llevar por pasiones y aterrizar de que hay que parar la guerra soterrada que se está empezando a armar con miras a las elecciones venideras.
A mí ,en particular, me duele ver como se montan estrategias que en lugar de ayudar lo que hacen es dañar.
Acroarte está en un buen momento, y si bajó un poco fue porque (los amigos que también somos cronistas) de Feliz Vinicio Lora nos volcamos a luchar por su recuperación y a velar para que él en su casa tuviera toda las comodidades que una persona que sufre un accidente cardio- vascular deba tener.
Si van a salvar a Acroarte, háganlo en buena onda, sin ofender a nadie, sin querer agarrarse de problemas de otros para dañar a gentes que son sus amigos, y que solo los divide unas que otras mal intencionadas palabras. Es válido aspirar, pero de hacerlo, por Dios, ya no recurran a artimañas obsoletas de descrédito, que en este mundillo cruel todos nos conocemos y sabemos para lo que damos y hasta donde podemos llegar.
Por todo lo ocurrido a un presidente de la entidad, y un hombre que se está recuperando, pero que está al tanto de todo, vamos a dejar de sembrar odios y malquerencias entre nosotros mismos. Es hora ,sí se va hacer algo, que sea de verdad por Acroarte.