Ya es oficial. España ha pedido formalmente ayuda a sus pares europeos para salvar a su maltrecho sector financiero. De esta manera se convierte en la cuarta nación europea que ha tenido que ser rescatada; y aunque el gobierno Popular se ha negado a utilizar el término rescate para denominar este requerimiento de 100.000 millones para sacar adelante la banca ibérica, pone un ´punto y aparte´ en la crisis europea, dejando entrever la difícil situación de los países periféricos y el posible efecto dominó sobre el resto de los estados.
Luego de años de negación, quiebra de centenares de empresas y millones de españoles lanzados al desempleo, este inevitable rescate al sector financiero español viene producto de que los bancos y cajas de ahorros no tienen la solvencia para asumir el descalabro del valor de los activos inmobiliarios de sus balances. En estos últimos años la banca se ha mantenida cabizbaja, continuamente golpeada por la crisis económica, alejada de su razón prima que es ser motor del desarrollo de empresas y familias.
Esta inyección de recursos frescos estará avalada por el gobierno central, lo que se traduce en seguir empujando el déficit público, lo que se traducirá tarde o temprano en más ajustes, entiéndase impuestos que todos los ciudadanos tendrán que pagar. Pero al mismo tiempo da un poco de oxigeno financiero a corto plazo evitando ir a los mercados para financiarse. Así como una posible reducción de la prima de riesgo, logrando un posible financiamiento más barato en el futuro inmediato.
España tiene abierto todos los frentes, no solo el sistema financiero. Tiene una deuda pública que solo crece, crisis inmobiliaria donde los precios aun no han bajado lo que tienen que bajar, un desempleo rampante, un alicaído consumo interno y la calificación de deuda española que se encuentra a un peldaño de ser calificada bono basura por Moody´s. Todo esto revive las dudas sobre la posibilidad de salvar la deuda española, y con ellos hundiendo el sueño de la moneda comunitaria.
El futuro a corto plazo no luce nada halagüeño: la profundización de la recesión, el salvamento bancario en España, la posible salida de Grecia del Euro en 2013, la reestructuración de la deuda portuguesa y el posible rescate de la deuda ibérica; con ello arrastrando toda posibilidad de arranque económico en el viejo continente.
El euro-lío es que en la actualidad las autoridades monetarias se han quedado sin armas para hacer frente a la batalla contra el estancamiento financiero. Las continuas flexibilizaciones y el tipo de interés cero ya dieron lo que iban a dar, a eso se le suma una política fiscal europea inexistente, pero necesaria.
Aunque probablemente veamos el tema europeo como algo divorciado a nuestro país, es importante tomarle el puso económico a países como España. Recordemos que la madre patria es el Nueva York del siglo 21 para miles de dominicanos que buscando visa para un sueño llegaron a este país con la intención de mejorar su calidad de vida y la de sus familiares, convirtiendo ese esfuerzo del trabajador dominicano en millones de pesos en remesas, que al mismo tiempo son clave para la dinamización de la economía local. Así que OJO con este tema.
