Es evidente que la sociedad dominicana necesita ahora, más que nunca, reiniciar la marcha de las masivas movilizaciones populares contra la impunidad y la corrupción, descaradamente manifiestas en la libertad de los acusados por el caso Odebretch.

El 16 de julio, Día de La Trinitaria, se cumplirá el primer año de aquella gran manifestación iniciada en la intersección de las avenidas Máximo Gómez con la John F. Kennedy. Muchos recordarán que esta concentración popular resultó más concurrida de lo esperado, lo que se notó especialmente cuando la multitud ocupó los dos muy amplios lados de la avenida Jiménez Moya, rumbo al Centro de los Héroes, tras recorrer parte de la M. Gómez y la avenida Bolívar.

Estamos a tiempo para que la población agende un buen día, como el domingo 15/7, y que los organizadores directos de esas movilizaciones preparen un calendario de actividades que concluyan en otra gran manifestación parecida a la realizada el año pasado, en el mismo trayecto, que se refleje en las portadas de los grandes diarios precisamente el mismo día 16.

Esta nueva concentración popular en movimiento sería una significativa celebración del primer aniversario de aquella gran movilización del 2017 y el mejor homenaje a Duarte, Sánchez, Mella, María Trinidad Sánchez, Concepción Bona y otros/as en el 180 aniversario de la fundación de la sociedad La Trinitaria.

En diversos escenarios se ha planteado lo provechoso que sería repetir esas marchas en fechas próximas a las realizadas el año pasado, lo que daría, automáticamente, un calendario de nuevas movilizaciones.

La que se hizo el 28 de enero pasado no cumplió ese objetivo, entre otras razones, por variarse el formato de marcha a concentración frente al palacio nacional; lo cual, debió suponerse, introducía al menos dudas, a veces paralizantes, entre muchas personas que caminaron la vez anterior desde la M. Gómez con 27 de Febrero hasta la Puerta del Conde.

Este reinicio de las movilizaciones fortalecería la corriente de opinión pública que brotó el año pasado contra la impunidad y la corrupción, cuya continuidad cambiaría la correlación de fuerzas a favor de un cambio político significativo en 2020, comenzando por las elecciones municipales del 20 de febrero.

Con la experiencia acumulada y tiempo suficiente para organizar otra movilización como la del 16 de julio del 2017, es momento de reiniciar la marcha contra la impunidad y la corrupción de este y otros gobiernos.