Reforma Fiscal y Desarrollo

Reforma Fiscal y Desarrollo

Reforma Fiscal y Desarrollo

La alta desigualdad en los ingresos constituye una de las características más relevante de la situación social en la República Dominicana, donde un reducido porcentaje de la población concentra gran parte de la riqueza que se genera en la economía, mientras  un significativo número de dominicanos recibe poco de esa riqueza. Esto hace particularmente importante la acción del Estado Dominicano respecto de políticas distributivas, tanto a través del uso de instrumentos relacionados con el gasto público como aquellos que se encuentran vinculados con los sistemas tributarios.

Según los datos procesados a partir de la última encuesta de fuerza de trabajo (ENFT) del mes de abril de 2010 que realiza el Banco Central de la Republica Dominicana, la desigualdad en el país medida por el coeficiente de Gini es de 0,52, el cual es relativamente alto, comparándose con el promedio de América Latina y el Caribe que es la Región del mundo más desigual.

Es importante tener en cuenta un rasgo característico de la desigualdad en la República Dominicana es que el estrato conformado por el 40% de los hogares de  menores ingresos capta en promedio un 11% del ingreso total, situación muy parecida a la situación de  Honduras y Bolivia.

Por otra parte, las principales autoridades económicas, en el marco de las revisiones quinta y sexta del Acuerdo Stand-By (SBA) con el Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobado en noviembre de 2009, sometieron un conjunto de cambios tributarios con la finalidad de cumplir con el tope del déficit fiscal de 33,000 millones de pesos, equivalentes a 1.6% del Producto Interno Bruto.

Casi siempre los grandes cambios económicos en la República Dominicana, de una forma u otra, han sido impulsados desde afuera o han venido de acuerdos nacionales apresurados producto de grandes crisis internas. Nunca el país ha establecido un proceso endógeno, tranquilo y pausado que permita establecer metas mínimas vinculadas a la solución de grandes problemas nacionales.

A propósito del Acuerdo Stand-By con el FMI que estipula cambios tributarios para ir cerrando la brecha fiscal, pienso que las autoridades nacionales deberían de tratar de ir creando la conciencia de la necesidad de realizar una gran reforma fiscal integral para el desarrollo, reforma que incluya cambios no sólo en los tributos sino también en la estructura de gastos gubernamentales que mejoren la calidad del mismo.

Más que cambios tributarios de carácter coyunturales, en el marco del acuerdo con el FMI, cuyos montos no serán suficientes ni sostenibles para cubrir la demanda de recursos de los sectores de educación, salud, seguridad social y energía, el Estado dominicano requiere de una gran reforma fiscal para el desarrollo que lleve la presión tributaria a un 18% del PIB.

No es verdad que con una presión tributaria de un 13.2% o 13.7% del PIB, como se  quiere llevar a partir de la propuesta actual de las autoridades económicas en el marco del acuerdo con el FMI, se va a resolver ningún problema social en el país.

Es cierto que en la actual coyuntura se debe de cumplir con el tope de déficit fiscal establecido con el FMI. Sin embargo, el país necesita de mayores recursos para financiar un buen sistema educativo, de salud y seguridad social que mejore la equidad distributiva intergeneracional.

 

*Director del Instituto de Investigaciones Socioeconómicas (INISE)

Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UASD



Etiquetas