Reclamo de cambios

Nicaragua y la República Dominicana pasaron por un proceso histórico muy parecido. Ambas naciones tuvieron que conquistar a sangre y fuego su libertad.

Ambos países tuvieron que enfrentarse a dos dictadores férreos y sanguinarios.

El desarrollo del sistema democrático en República Dominicana, con sus altas y bajas, mantiene un camino inalterable. En cambio, Nicaragua, con el arribo a un sistema de partidos todavía no encuentra un sendero sólido. Y hoy vive un momento de inocultable crisis.

Una crisis en la que concurren muchos factores. Daniel Ortega, que en el pasado contribuyó a trillar el camino de la libertad, hoy es un presidente cuestionado por los ciudadanos de un conjunto de ciudades y sectores del país.

La radicalización del proceso viene dejando cientos de víctimas. Más de 350 personas han muerto cuando, tres meses atrás, arrancaron las protestas contra Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.

El diálogo que se planteó el gobierno con varios sectores no avanza. Los organismos internacionales, entre ellos la ONU y la OEA, mantienen posiciones circunscritas a lo que establece la carta diplomática, hasta ahora.

El mensaje que envía el pueblo de Nicaragua a sus gobernantes es claro. No importa el precio a pagar, reclaman con su actitud que haya un cambio.

El tiempo apremia y sus líderes, a todos los niveles, deben tomar decisiones urgentes y responsables.