Bávaro, La Altagracia .-Idalia Pérez, una madre soltera de dos niñas menores de cinco años, oriunda de Barahona, salió el tres de abril de  2011 de su casita, de piso de tierra, desesperada y prácticamente sin rumbo fijo, debido a que no encontraba cómo alimentarse junto a su pequeña familia, que incluye a su madre y una abuela octogenaria.

La primera parada fue en la casa en alquiler donde vive su prima July, en el barrio Cristo Rey del Distrito Nacional. Allí sufrió una desilusión porque esta vivía en peor situación económica. Dos días después, justo cuando Idalia se disponía a retornar a su ciudad natal, una joven de 20 años, de la misma edad que la suya, le dijo que podría conseguirle un empleo en el complejo turístico de Bávaro, en la provincia La Altagracia.

 La joven sureña ahora recibe un salario mínimo y propinas que han llevado tranquilidad a su otrora atormentada alma, porque ahora puede enviar una pequeña remesa a sus familiares cercanos, aunque se mantiene en situación de pobreza.

A pesar de las bellezas naturales de la región Este, se sigue dando el contraste con la gran cantidad de pobres.  Igual situación ocurre en otros puntos de la geografía nacional.  Apenas la semana pasada, al caer la tarde del miércoles, el agricultor Nicolás Peñaló, recién mudado a un barrio periférico del municipio de Restauración, no pudo conseguir ni siquiera para comprar huevos con lo que acompañaría la yuca  que, para conservarla, enterró en un área húmeda del piso de tierra de la vivienda.

Belleza y amenaza

 En ambos casos, en lugares donde las bellezas naturales impresionan a locales y visitantes, se expresa una especie de radiografía del  contraste entre una belleza natural cautiva frente a una amenaza latente de la pobreza que cada día parece incrementarse.

En lugares  como los municipios de La Vega, Jarabacoa, Baní    y Constanza  se obtienen riquezas a través del ecoturismo producto del aprovechamiento de la bellezas naturales o  una industria forestal que procura establecerse en el país.  En otros, la fuente principal radica en la agricultura de subsistencia, la cual produce más daños que bienestar, porque se ubica en el conuquismo. Entre esos lugares figuran comunidades de  Dajabón, San Juan y San Cristóbal.

Esta práctica devasta los bosques y, por consiguiente, merma los acuíferos que nacen en las zonas montañosas.

Las intervenciones humanas sin control impactan negativamente en los principales parques nacionales, como el J. Armando Bermúdez, el  José del Carmen Ramírez y en la reserva científica Valle Nuevo.

Concienciación

 El ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Bautista Rojas Gómez, ve que hasta que se desarrolle una cultura de conciencia pública no podrán aprovecharse todas las riquezas naturales que ofrece la parte oriental de la isla La Española.

 El bajo nivel de escolaridad y de conciencia ambiental figuran entre retos más importantes para la protección del medio ambiente y de los recursos naturales.

Descripción

Gran parte de las bellezas naturales dominicanas se encuentran en la cordillera Central.

 Este sistema montañoso se proyecta en la dirección noroeste-suroeste, partiendo de la península San Nicolás, en Haití, y se extiende a territorio de la República Dominicana desde Dajabón hasta San Cristóbal. La longitud alcanza 200 kilómetros solamente en el territorio nacional y otro centenar  de ancho.

La parte más alta la tiene en el pico Duarte, con 3,087 metros, donde se han registrado temperaturas bajo cero en invierno.

En ellas nacen los principales ríos de la isla, destacándose las principales cuatro cuencas hidrográficas: Yaque del Norte,   del Sur, Yuna y Artibonito; así como Nizao, San Juan, Haina y Ocoa, entre otras importantes fuentes hidrográficas.