¿Quién dijo que no hay dinero?

¿Quién dijo que no hay dinero?

¿Quién dijo que no hay dinero?

Dr. Rafael Molina Morillo, director de El Día.

Se acepta como una verdad incontrovertible la afirmación de que el Gobierno no tiene dinero suficiente para enfrentar todos los requerimientos nacionales el próximo año.

Situación esta que se agrava con la denuncia de que la mitad del dinero que le entrará al Estado tendrá que emplearse en pagar a los acreedores externos las grandes deudas contraídas con ellos.

No hay que ser un ingeniero de la NASA para saber que dos más dos son cuatro y que donde Dios no puso no puede haber. Muchas veces al mejor cazador se le escapa la liebre, y cualquier hijo de vecino puede percibir sin mucho esfuerzo lo que, siendo obvio, no se le ocurre a los más sabios.

En el caso que nos ocupa, por ejemplo, ha sido muy atinada y muy valiente la medida de suspender el subsidio a los transportistas, con lo cual el Estado dejará de gastar en el año una suma multimillonaria que puede hacer falta en otras áreas más necesitadas. Pero no debe el Gobierno quedarse plantado ahí.

También debe amarrarse los pantalones y acometer otras tareas igualmente valientes, como, por ejemplo, suprimir todas las exoneraciones de pago de impuestos de vehículos que disfrutan los legisladores y otros funcionarios; revisar los groseros sueldos de lujo y los empleos innecesarios que se crean por favoritismo para no hacer nada; acabar con la mayoría de las ONG que solo sirven para enriquecer a un montón de personas; y, en fin, llevar el gasto público a su mínima expresión.

Dinero hay. Y mucho. Lo que no hay es voluntad para emplearlo bien y gastarlo donde se debe.



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