Querido Javi

Querido Javi

Querido Javi

Cansado de tanta negatividad, esta semana recibí un “update” del hijo de una gran amiga que estudia fuera del país. Comparto con ustedes esta carta que le escribo, la cual da fe de que de nuestro pantano surgen flores.

Javi:

Esta semana, a través de Tía Mary, me enteré de la última de las anécdotas tuyas. No te sientas mal, aunque me imagino que agudizaste el oído, no es un crimen escuchar, a través de esas paredes huecas de allá, a tus profesores decir: “es lo mejor que tenemos”.  Sobre todo si se trata de una universidad estatal con aproximadamente 8,000 estudiantes, sé que sabrás apreciar la opinión que tienen de ti y seguirás esforzándote como lo has hecho.

Me reí muchísimo con lo de la clase de física, primero, con la llamada que le hiciste a tu madre porque te habías “partido” en el examen y resulta que tu mala nota era 81, la segunda mejor, y rodé por el suelo cuando creaste una situación embarazosa porque de ahí en adelante comenzaste a sacar 100 y debido a la curva (puntos adicionales que otorga el profesor) has alcanzado un promedio de 109, jajajajaja. ¡Espectacular! Por cierto, supe que de hecho ya vas a ser monitor en esa materia, así que a guardar esos chelitos, ahorra.

No creas que no conozco lo que pasó con la materia de cálculo allá: no te querían convalidar y con la simple entrevista que te hizo el decano, te exoneraron dos de los tres cálculos; más aún, sin haber asistido nunca al aula donde se impartía cálculo III, te invitaron a tomar el examen final y sacaste 100. Lo tuyo no tiene madre.

Sé perfectamente que te irá bien en álgebra abstracta, sino fuera así los profesores no habrían dicho que debe impartirse para que tú, específicamente, la tomes. Ellos ya saben qué tienen entre manos.

Mi sobrino postizo, era de esperarse. Anoche recordábamos como de niño te ponían a sacar la raíz cuadrada, y como a ti, estando en primaria, los de bachillerato te llamaban para que hicieras tú los cálculos de cualquier operación matemática; incluso yo mismo, que te presentaba como la calculadora humana, y nos divertíamos al ver como obtenías un resultado antes que una máquina.

Dios sabe como hace las cosas, fíjate cómo llegaste a ese lugar y a estudiar nada más y nada menos que matemática aplicada. ¿Te imaginas si te hubieras quedado aquí estudiando en la universidad aquella que usa la imagen del político? Cuanto talento subutilizado hubiéramos tenido.

Algo sí debo decirte a modo de consejo, sólo y absolutamente sólo si es necesario vuelve a poner un pie en esta tierra; tú, mi hijo, ya no perteneces aquí.

Tu corazón limpio, tu inteligencia, tu amor por tu familia, en fin, tus valores y lo que vales, únicamente serían utilizados por algún corrupto para hacerse el gracioso o el héroe, exaltándote o “tendiendo su mano solidaria”.

Ten presente, siempre, que tus padres, tus abuelos, tus hermanos, tu familia y todos los que te conocemos te queremos mucho. Sigue correspondiendo ese amor como lo has hecho hasta hoy. Continúa siendo inspiración para todos y, no te quepa la menor duda, de que con tu talento lograrás todo lo que aspires en la vida.

Mantente así, discreto, en silencio; ya algún día este ensayo de país sabrá que cuenta con un genio.

Dios te bendiga. Un abrazo de tío Elías… mi querido Javi.



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