La placa bacteriana es una película invisible que se posa sobre los dientes y está formada por bacterias y azúcares.

Nuestra cavidad oral nunca se encuentra estéril, continuamente se forman bacterias, las cuales para crecer y desarrollarse utilizan los residuos de los alimentos que ingerimos y también de la saliva. Por esta razón la importancia del cepillado luego de las comidas.

Si esta capa no es eliminada a tiempo con el cepillado, se empezarán a producir ácidos capaces de debilitar el esmalte dental hasta crear huecos, a lo que llamamos caries dental.

También la placa bacteriana no eliminada irrita las encías haciéndolas susceptibles, inflamándolas, sangrando con facilidad y ocasionando enfermedades periodontales.

Con el paso del tiempo la placa de fácil remoción, al no ser eliminada correctamente con el cepillo se mineraliza y se convierte en un cálculo, algunas veces visible al sonreír si se encuentra en dientes anteriores, el cálculo obstruye los espacios que deben ser utilizados para la limpieza dental, dichos cálculos son llamados comúnmente «piedras».

La buena noticia es que la placa bacteriana es rápida y sencilla de controlar, de manera eficaz el cepillado y el uso del hilo dental son capaces de eliminarla. Además se pueden utilizar irrigadores orales, cepillos eléctricos y cepillos interdentales.

La visita al odontólogo cada 6 meses es una herramienta indispensable para controlar de manera más profunda la placa bacteriana.

Mantener una buena salud dental es muy fácil, cepillándonos después de cada comida no sufriremos las consecuencias del acúmulo bacteriano.

Dios le bendiga abundantemente.

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