Qué pena de mi país

Qué pena de mi país

Qué pena de mi país

Rechazamos la delincuencia, se dice por doquier. Una delincuencia que hemos creado. También a las jóvenes embarazadas.

Los que tenemos posibilidades económicas gastamos fortunas en la formación de nuestros hijos, solo dos, que viajan a cualquier parte del mundo para completar su formación, además tienen una estabilidad familiar, educación del hogar, que supera todo y es más necesaria que tres doctorados, sin embargo, no lo notan los implicados y se quejan de lo que pasa.

Vivimos en un país formado por sectores, la sociedad dominicana y con el núcleo de esa sociedad se llama la familia. Cuidemos sus integrantes y tendremos una sociedad sana.

Cuando auspiciamos acciones y hechos que atentan contra la dignidad del ser humano, abrimos una puerta para que esos jóvenes integrantes se enfermen con todo lo que les rodea y la publicidad, que utiliza la degradación, los desnudos y obscenos movimientos para mostrar canciones, bebidas, gomas, lugares, espacios, todo.

Mensajes subliminales a la juventud que les atrofia su crecimiento y desarrollo, crea familias que no son familias y la consecuencia la sufrimos todos. Por más estudios que digan esto o aquello, pensemos en nuestra sociedad unos años atrás, pensemos, aún en los peores barrios todo era diferente.

Lo bueno y bien hecho supera lo moderno. Solo bastaría dar una miradita en Europa lo que está pasando. Los modelos extranjeros no nos sirven y muestras tenemos de injerencia y poderío impuestos.

Despierta República Dominicana, aunque viajes o vivas en tierras extranjeras este es tu país, no es preciso emplear las armas que hacen ricos a países sino nuestra historia y no permitir que la modernidad y la tecnología dispongan de nuestros jóvenes y niños, vamos a despertar y a mirar más allá de nuestras narices.

A defender y cuidar lo que es nuestro la dominicanidad, si sanamos nuestra sociedad, tendremos un mejor país para todos.



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