El señor Luis Almagro acaba de proclamar ante el mundo que es un gran ignorante, a menos que sea un gran malvado.
Investido con el cargo de Secretario General de la desprestigiada Organización de Estados Americanos (OEA), el tal Almagro pretende hacer valer su peregrina teoría de que “cuando hay una isla no hay dos países, hay un solo país aunque sea una isla grande como Australia”.
Eso dijo el sujeto en cuestión refiriéndose al caso de la regulación de extranjeros en la República Dominicana, como si esta isla que compartimos con Haití fuera un juguete en el mar con el cual puede jugar todo al que le venga en ganas.
Ante tal ofensa el Estado dominicano debería repudiar al susodicho sujeto y descartar desde ahora, por parcializada, cualquier tipo de recomendación o planteamiento que provenga de la OEA.
El Gobierno dominicano, por otra parte, debe dejar claramente establecido que no se reunirá con su homólogo haitiano como lo sugiere el ignorante titular de la OEA, a menos que el vecino que comparte la isla con nosotros se disculpe antes por las mentiras que ha vertido para confundir a la comunidad internacional.
Es hora ya de quitarse las caretas.
