El retiro definitivo es uno de los momentos más difíciles de tomar para cualquier humano en las circunstancias más adversas, cuando ha sido figura de primer orden en una actividad.

Es un paso que, al materializarlo, muchos creen que el mundo se les va a caer encima, que los arropará la soledad, que perdieron todo su valor, que no son útiles.

Ya el doctor Balaguer trató ese tema con la sabiduría que lo caracterizaba, cuando después de 12 años de detentar el poder perdió las elecciones en 1978, y tras ese revés muy pocos lo visitaban en la creencia de que jamás regresaría.
Es ahí donde habla extensamente de la “soledad del poder”.

Igual situación debe estar padeciendo en estos momentos el expresidente Leonel Fernández. Traigo esto a colación por el anuncio de Manny Pacquiao de que todavía le falta una pelea más para hablar del retiro definitivo, cuando todos creían que jamás regresaría tras el revés ante Floyd Mayweather.

Creo que para ese “último” combate buscará a un rival de poca monta, y será la justificación para la revancha ante el propio Mayweather, quien anunció su “retiro”, aunque nadie le cree.

Los anuncios de uno y otro son muy parecidos al de Temístocles Montás, sobre lo bien que están los dominicanos: casi nadie le da credibilidad.

RADARES. Alex Rodríguez se aprieta en los momentos de presión, y eso quedó demostrado una vez más ante los Astros. No hay forma de que produzca cuando más se necesita…

Definitivamente, a Luisín Mejía, quien es un excelente comunicador, le cortaron la “lengua”, porque en los últimos meses no dice “ni esta boca es mía”, con relación a la supuesta crisis en el movimiento deportivo.