Donald Trump enfrenta un aluvión de críticas en Estados Unidos por su actuación en la cumbre de Helsinki, celebrada el lunes.

En cambio, a su homólogo ruso, Vladimir Putin, le está yendo bastante mejor.

De vuelta a casa en Rusia, los políticos se han alineado para elogiar los resultados del encuentro.

«Este es el primer paso importante hacia el establecimiento de un diálogo político», dijo Valentina Matvienko, portavoz de la Cámara alta del parlamento ruso.

«Vimos a dos líderes que querían unirse para encontrar un terreno común», comentó el senador ruso Konstantin Kosachev.

El periódico pro Kremlin Komsomolskaya Pravda consultó a un experto en lenguaje corporal en un esfuerzo por retratar al presidente Putin como el líder más fuerte.

«Cuando estrecha la mano, Donald Trump normalmente extiende la palma para engañar a su oponente y hacerle creer que está abierto para el contacto. Luego, arrastra la mano de su adversario hacia él para desequilibrarlo», dice el diario.

«Pero en Helsinki estrechó la mano de Putin con bastante normalidad, sin movimientos astutos. (Esto) refleja los resultados de la reunión y lo que ha sucedido en el último año: Trump no ha dominado a Putin», concluye.

Donald Trump se negó a culpar solo a Moscú por el pobre estado de las relaciones entre su país y Rusia.

El tabloide Moskovsky Komsomolets señaló que «Trump, callado y modesto, se veía chiquito en comparación con Vladimir Putin».

«Está claro que Putin fue más astuto que el presidente de EE.UU. Eso es motivo de orgullo, pero también de alarma. Porque ser más astuto que Trump no significa que sea más astuto que la clase política de EE.UU. Temo que no pasará mucho tiempo antes de que Washington responda», agregó la publicación.

Esto supone un posible problema para el Kremlin después de Helsinki.

Del lado ruso

Trump podría, en teoría, ser el presidente estadounidense perfecto para Moscú.

Al fin y al cabo, durante la conferencia de prensa en Helsinki, Trump se puso del lado del Kremlin en vez de sus propias agencias de inteligencia sobre el tema de la supuesta interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 en EE.UU.

Además, se negó a culpar solo a Moscú por el pobre estado de las relaciones entre su país y Rusia.

Derechos de autor de la imagenAFP

Y por último, Trump prometió que su gobierno trabajará con Rusia para resolver todas sus diferencias.

Pero, ¿estará Trump en condiciones de cumplir esa promesa?

Sospecha

Sus comentarios en Helsinki han provocado tal enojo en EE.UU. que es probable que la élite política del país vea con la más profunda sospecha cualquier intento del gobierno de Trump de cerrar las brechas con Moscú.

El exdirector de la CIA John Brennan calificó a la conferencia de prensa del presidente Trump con Putin como «nada menos que traición».

«La rueda de prensa de Donald Trump en Helsinki supera el umbral de «altos crímenes y delitos menores». No fue nada menos que traición. Los comentarios de Trump no solo fueron imbéciles, sino que este está totalmente en el bolsillo de Putin. Patriotas republicanos: ¿dónde están?», tuiteó Brennan.

El principal republicano en el Congreso y presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, contradijo públicamente a Trump.

«No hay duda de que Rusia interfirió en nuestra elección y continúa intentando socavar la democracia aquí y en todo el mundo… el presidente debe considerar que Rusia no es nuestra aliado», sostuvo.

El senador republicano John McCain describió la actuación de Donald Trump en Helsinki como «vergonzosa».

A esto se añade la pesquisa en curso del investigador especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses, y queda claro que, en este ambiente febril, un presidente estadounidense que quiere «llevarse bien con Rusia» tiene poco margen de maniobra.