Sonar por escándalos o por mostrar grandes lujos, son de las cosas que los artistas deberían ir dejando en el pasado. La historia se encarga de depurar a todos aquellos que llegan a la escena musical tratando de llevarse el mundo por delante y que no son más que productos desechables, que el público y la misma industria se encargan de ponerlos a un lado.

Ahora mismo hay pocos nombres que pudiéramos decir que dominan la escena del entretenimiento. Solo los que llevan una carrera basada en la disciplina, humildad y arduo trabajo se están quedando.

Eso se da mucho en los urbanos, que de diez que salen presentando temas solo uno o dos logra mantenerse. Y lo digo porque me dio gusto ver en el Latin Music la orquesta de “Vakeró” y la de Chiquito Team Band.
Dos proyectos que tienen buenos ingredientes para quedarse y ser la cara de una nueva generación que ha llegado para hacer un relevo generacional que debe darse. La orquesta de “Vakeró” suena estupendamente, tiene dos bailarinas, dos coristas y se ve como un proyecto ambicioso muy internacional. Mientras que el artista se entrega en el escenario y sorprende con su disciplina musical.

Ver a Chiquito Team Band es un deleite para cualquiera, son músicos bien alineados, bien vestido y con una estructura que pareciera que llevan años en la escena musical. Esperemos que los egos no se crucen entre ellos y puedan permanecer unidos por mucho tiempo.