En el documento publicado por Acción Empresarial por la Educación (Educa), en el marco de su vigésimo quinto aniversario, se destacan, entre otras reflexiones rigurosas de interés, las propuestas para superar los problemas capitales de la educación preuniversitaria en nuestro país.

Siete son los problemas neurálgicos que identifica el documento. A saber:

a) el Minerd no logra captar los mejores talentos profesionales y técnicos para enseñar.

b) los estudiantes no alcanzan en lenguas, ciencias y matemáticas los niveles de desempeño esperados.

c) persisten problemas de acceso para la primera infanciay los jóvenes.

d) las propuestas curriculares, en particular, aquella vinculada al nivel técnico, no generan los conocimientos y competencias demandadas por el mercado de trabajo.

e) contenidos y metodologías educativos no adecuados a los tiempos actuales.

f) deficiencias administrativas producto de un exceso de centralización, lo cual afecta la calidad del gasto.

g) persiste una fragmentación excesiva, en términos de instituciones adyacentes, tanto a nivel preuniversitario como a nivel general, que dificulta la visión de sistema en la educación dominicana.

He aquí el diagnóstico de una verdad monda y lironda.

Veamos, aun sea brevemente, las 16 líneas de trabajo propuestas por Educa, en procura de transformar y modernizar el sistema educativo, para el corto, mediano y el largo plazos.Tenemos:

1) Definir una política nacional con criterios exigentes para el ingreso a la carrera docente, con especial énfasis en la práctica docente, que persigue la formación y rescate de la figura del educador como pieza clave en la revolución del proceso de enseñanza-aprendizaje

2) Implementar un proceso de certificación y acreditación de los más de 70,000 docentes activos, a cargo de un órgano independiente y autónomo.

 3) Instalar una política de salarios por desempeño o por mérito, medidos de forma independiente y sustentados por el resultado de los aprendizajes.

4) Ampliar el modelo pedagógico de jornada extendida de forma focalizada hacia sectores de alta vulnerabilidad social.

5) Integrar profesores especializados en lengua y matemáticas, sean estos nacionales o internacionales, como tutores de profesores en ejercicio; con esta práctica mejoró sustancialmente la educación en otros países de Latinoamérica.

6) Cumplimiento del calendario escolar, lo cual requiere, además del deber del Estado, del empoderamiento de familias y estudiantes para hacer de ello un derecho inalienable.

7) Ampliar, a través de esquemas de asociación público-privada, la cobertura de niños y niñas menores de 5 años, porque esta es la edad de mayor transformación cerebral de los niños.

8) Reformular la currícula y la jornada educativas para hacerlas más atractivas a las poblaciones jóvenes.

9) Reformular la currícula del nivel medio para alinear las competencias de los egresados a los requerimientos del mercado de trabajo, a partir de esquemas múltiples de asociación educativa público-privada.

10) Capacitar a los docentes en el uso de las nuevas tecnologías educativas y fomentar su uso como herramienta pedagógica.

11) Estimular la producción local de material bibliográfico impreso y digital adecuado a estándares de clase mundial.

12) Reformular la currícula en función de las áreas del conocimiento, subrayando las competencias “duras” (lengua, matemáticas, ciencias) y “competencias blandas” (liderazgo, trabajo en equipo, cultura ciudadana).

13) Fortalecer la descentralización de los recursos hacia los centros educativos, previa capacitación de los responsables, y con clara precisión sobre los controles de auditoría que deben aplicar.

14) Promover, en el Pacto Educativo, que se cumpla la ley y reivindicar el rol del Consejo Nacional de Educación como la máxima autoridad del sistema.

15) Desarrollar esquemas de participación público- privada, para que el empresariado y la sociedad civil se involucren en la gestión de recursos públicos destinados a la educación.

16) Crear una instancia de coordinación sistémica que tenga como propósito evitarla duplicidad de esfuerzos y recursos; y definir una única política educativa integral de carácter nacional. 

Son ideas concretas, diferentes y distantes de las “denuncias” de gremialistas vocingleros y de activistas políticos de dudosa responsabilidad.