La Selección Nacional de Baloncesto está privatizada desde hace un tiempo, por un acuerdo entre un grupo de empresarios visionarios y la federación.

Los resultados de ese paso no hay que regatearlos, han sido fructíferos, dado que se vienen invirtiendo cuantiosos recursos sin ningún reparo.

Cuando se anunció la privatización de la selección de básket, nadie protestó, a pesar de que el movimiento deportivo era hasta ese entonces uno de los sectores más beligerantes de la sociedad.

Empero, esa condición combativa, muchas veces anárquica, hace tiempo que pasó de moda, y hoy toda la dirigencia deportiva se concentra únicamente en la búsqueda de recursos económicos de los gobiernos, a pesar del achicamiento que se produce todos los años en el presupuesto asignado al Ministerio de Deportes.

Como los resultados obtenidos por el básket han sido fructíferos tras ese paso, se pensó que otras federaciones iniciarían trabajos tendentes a obtener un mayor grado de desarrollo competitivo y de integración hacia sus respectivas disciplinas.

Sin embargo, los dirigentes federados se han quedado de brazos cruzados, debido a que reciben casi todo por parte del Gobierno.
Aunque muchas grandes empresas, increíblemente, han retirado hace un tiempo todo apoyo al deporte nacional , hay que colegir que tampoco se ha realizado un trabajo de “ablandamiento” para captarlas de nuevo.

No hay duda que mientras la “vaca” del Estado siga dando leche, cada día más la dirigencia deportiva seguirá durmiendo un sueño eterno, mientras la mayoría de las disciplinas, dígase lo que se diga, van en franco deterioro