Aunque no acostumbro dirigirme directamente a los asuntos políticos, el hecho de que el actual mandato de gobierno que preside Danilo Medina Sánchez esté arribando a su primer año de gestión, obliga dedicar hoy una breve pincelada a este evento.
En lo macro, el actual mandato político ha venido anotándose gol tras gol, alcanzando niveles de popularidad envidiables, habiendo enfrentado con éxito el necesario enfriamiento de la economía, que se vio amenazada por un sorprendente déficit en las finanzas públicas.
El reto ahora será estimular un retorno al crecimiento, privilegiando los sectores que más diseminan riquezas, como el caso de la agricultura, la producción y el comercio, y no necesariamente el minero o las telecomunicaciones.
La fragmentación de la oposición política y su pérdida de credibilidad, junto al control partidario del Poder Legislativo, han permitido manejar el país con éxito y sin la necesidad de finiquitar un pacto fiscal, ni uno eléctrico, el cual sigue como ha sido por décadas, el gran talón de Aquiles de la economía dominicana.
La democratización en la concesión de las obras de ingeniería, encabezadas por el Ministerio de Obras Públicas, y el eficiente despliegue del Presidente por todo el territorio nacional, entre otros hechos, han sido rasgos que suman valores positivos en este primer año de gobierno.
Pero este aniversario también trae consigo enormes desafíos; unos producto de retos sin soluciones integrales a la vista, como el caso eléctrico, otros por un cumplimiento inconcluso, como la reforma de la educación, y los demás por una panorama político matizado por la posible recomposición de fuerzas opositoras adscritas al PRD.
Extendemos nuestras felicitaciones, a la vez hacemos votos por la continuidad de un exitoso desempeño con visión de largo plazo y continuidad del Estado, como vía para ir superando nuestras pobrezas y limitaciones.
