Precio productos altos y desiguales

Alto costo de los alimentos limita la adquisición de los clientes.

Santo Domingo.-La inestabilidad y el descontrol en los precios de los productos es algo a lo que ninguna institución presta atención en el país.

EL DÍA recorrió varios supermercados del Distrito Nacional y Santo Domingo para ver los precios de algunos productos de consumo masivo, y se observó la diferencia que existe, incluso en establecimientos cercanos donde se supone debe haber competencia a través de la oferta y la demanda.

A parte de la diferencia de precios de un mismo producto, también hay otros que presentan variación con relación a los últimos días.

El precio del azúcar varía según el establecimiento comercial en que se compra. En supermercados y colmados los precios oscilan entre 20 y 25 pesos por libra.

El precio del pollo, una de las carnes de mayor consumo en la República Dominicana, va de 48, 49 y hasta 52 pesos la libra.

El arroz, producto del que hay una gran diversidad de marcas, se venden a precios con diferencias de hasta 20 pesos las diez libras.

En algunos el precio puede variar por motivo de ofertas temporales.

Lo mismo ocurre con el precio del aceite, la leche, plátano, sardina, yogurt, huevo y otros productos, cuyos precios son diferentes de acuerdo al establecimiento.

La unidad de plátano que en los últimos días se ha disparado, se vende a 15, 18, 13 y hasta 20 pesos, mientras que por libras se despacha entre 33 y 29 pesos en los lugares visitados.

El plátano maduro tiene mayor precio. La batata tiene precio fuera de lo normal que va desde 25, 30 y hasta 48 pesos una libra.

Los vendedores de plátanos señalan que en las fincas lo están comprando entre siete y diez pesos la unidad.

Los víveres y vegetales alcanzan un mejor precio en los mercados, donde se pueden obtener hasta un 20 por ciento menos, pero la calidad y presentación del producto es menor.

El clamor de la gente

Como siempre, existe el grito desesperado de los consumidores que se quejan por los altos precios y el desorden en los mismos, pero al final no tienen otra opción que someterse a las reglas  establecidas por el mercado.