Por Una Nueva Arquitectura Financiera

Por Una Nueva Arquitectura Financiera

Por Una Nueva Arquitectura Financiera

La verdad es que el mundo vivió una época sin precedentes a partir de los años 90 y la primera mitad del 2000 con relación a las finanzas mundiales. La globalización de los mercados propagó al capital financiero sin control y promiscuamente, los mercados evolucionaron rápidamente, las empresas recaudaron fondos para todo tipo de proyectos nuevos y en expansión, y la gente común tuvo acceso sin precedentes a los créditos.

Sin embargo, después de la crisis que se inició en septiembre de 2008 con la quiebra de Lehman Brothers, todo esto quedó atrás. Muchos bancos quebraron, otros se fusionaron, y muchos fueron rescatados gracias a la ayuda de los gobiernos a través de los bancos centrales, principalmente en los Estados Unidos. Por otra parte, millones de trabajadores han perdido sus puestos de trabajo y millones más han perdido todos sus ahorros.

Con ese panorama, el mundo parece que no tiene otra salida que transformar la actual arquitectura financiera internacional. Existen muchas voces autorizadas que están acogiendo esa demanda, en especial académicos e intelectuales en todo el mundo. La verdad que existen muchos motivos para eso.

Se plantean regresar al mundo de hace 30 años, volver a imponer controles de capital, regulación del sistema financiero, y hacer retroceder la innovación financiera ya que esto reduciría el riesgo de un nuevo contagio financiero mundial. Entonces, ¿cómo puede el mundo crear un sistema financiero que sea estable y lo suficientemente dinámico como para sostener el crecimiento económico y la oportunidad?

Las naciones necesitan una mayor coordinación de políticas públicas entre sí, así como una mejor supervisión y vigilancia del sistema financiero mundial. Esa falta de supervisión y la promiscuidad financiera ha llevado al mundo a una recesión sin precedente.

Las grandes economías desarrolladas no encuentran salida a sus problemas económicos. Europa está en el precipicio: con recesión y alto niveles de desempleo. Grecia, Irlanda, Islandia, Portugal están en la bancarrota, el milagro Español se ha derrumbado y la economía Italiana está al borde del colapso. La crisis de confianza ha infectado a los grandes países de la eurozona, poniendo al euro en la cuerda floja.

Por otra parte, los Estados Unidos no encuentran cómo salir de la recesión y el alto nivel de desempleo. Los desbalances en sus cuentas van en aumento: el déficit fiscal como porcentaje del PIB, aumentó desde 2,5% en 2007 a 8,9% en 2010 y posiblemente termine en 10,9% en 2011. La deuda pública como  porcentaje del PIB, creció desde 63% en 2007 a 93% en 2010 y se estima llegará a 103% en 2011; esta última cifra está muy cercana al 110% que alcanzó la razón deuda pública/PIB en 1947, como consecuencia del financiamiento de la Segunda Guerra Mundial en el siglo pasado.

Las respuestas a estos grandes desajustes no han creado la confianza necesaria para que estas grandes economías puedan establecer la senda de la recuperación y el crecimiento. Todo lo contrario, parece que la economía mundial se aproxima a otra gran recesión parecida a la que se escenificó en el 2008-2009.

No ha valido que la tasa de interés (Fed funds rate) en  EEUU este entre 0% y 0.25%, acompañada de una fortísima expansión de la liquidez de la Reserva Federal (programas de facilidad cuantitativa QE1, QE2 y QE3) y que el Banco Central Europeo (BCE), el de Inglaterra y el de Japón también se embarcaran en una política monetaria expansiva, aunque de una magnitud relativa menor a la de EE.UU.

El mundo está en los albores de grandes cambios en su arquitectura económica y financiera. La gente lo reclama: se necesitan mayores esfuerzos de coordinación, de vigilancia en las transacciones financieras, más regulación de los mercados financieros. Esa excesiva creencia en la desregulación financiera y en el libre mercado ha llevado al mundo a esta gran recesión, con un gran costo social, por eso es urgente el cambio.

 

*Director del Instituto de Investigaciones Socioeconómicas (INISE).

Facultad de Ciencias Económicas de la UASD

 

 



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