Sólo cínicos o descarados admitirían que prefieren el ambiente de corrupción e impunidad tan denunciado en lugar del imperio de la ley.

Pero la horrorosa verdad es que el “status quo” tiene muchísimos dolientes que no quieren cambios que alteren esta mansa anarquía, como decía P. R. Thompson, pues el desorden y la impunidad son en sí mismos una especie de orden. Por eso me pregunto cuán exitoso será el llamado de Luis Abinader para consensuar un gran frente político anticorrupción para sacar del poder al PLD, como si solo los peledeistas fueran corruptos.

Y me pregunto también si acaso acabaría la corrupción e impunidad si gobernara el PRM u otra entidad distinta al PLD. ¿Y es que solo los políticos son corruptos?

La regeneración necesaria es posible solo si la mayoría sana de la sociedad, harta de tanta podredumbre, se sacude y exige inequívocamente a todos los políticos que sean procesados judicialmente los acusados conocidos y aquellos pendientes.

Creer que políticos quieren arreglar esto es una locura. ¡Hay que obligarlos!