¡Por favor! Una campaña por la buena ortografía

¡Por favor! Una campaña por la buena ortografía

¡Por favor! Una campaña  por la buena ortografía

 

Es cierto que el que ama escribir y la belleza de la calidad al hacerlo, pasa muchos “piques” a la hora de corregir algún texto con faltas que a su modo de ver son sencillas, sobre todo al revisar textos de “profesionales” que deberían tener una buena escritura por lo menos en lo básico, pero lamentablemente, en este país no es así.

Una buena herramienta para mejorar nuestra ortografía es leer mucho, consumir de todo en términos de lectura, pero vergonzosamente en la República Dominicana esa cultura no se promueve ni en las escuelas, por eso es entendible la decadencia de la calidad del docente actual y del mismo sistema educativo.

Muchas veces me he preguntado cómo se forma un profesional en este país, cuando es penoso ver que más del 90% tiene faltas ortográficas sencillas, graves y muy graves. ¿De quién es la culpa… del sistema o del individuo? Pues de ambos.

Para citar un ejemplo del argumento en el párrafo anterior, generalmente a quienes les corregimos algún escrito o nota de prensa persisten en los mismos errores una y otra vez, y es que no se toman la molestia de actualizarse ni ver en qué fallaron para mejorar.
Y se suma a esto que hay que oír a algunos jactarse de “lo que hacen profesionalmente hablando” y en la práctica son otra cosa.

Pero se suma además, que ni siquiera las autoridades hacen una campaña para promover la buena ortografía y la lectura.

Escribir bien es sinónimo de buena educación, de amar la belleza del idioma y de lo que hacemos; escribir bien, habla de tu calidad como profesional e indica que no fuiste a perder el tiempo durante años en una universidad; y aunque parezca exagerado… escribir bien, habla mucho de ti y de cómo haces y harás las cosas en todo el ámbito de tu vida.

Todo lo que nos rodea influye en lo que hacemos. Duele mucho ver letreros con faltas que te abofetean y te insultan visualmente; escuchar música que contribuye a embrutecer; y encontrarnos escritos que dan mucha pena.

Corregir las cosas para mejorar en este sentido es cuestión del sistema y del mismo individuo.

Es necesario leer mucho, hacer de la lectura un hábito; tratar de escribir bien donde sea y en cualquier momento, sin importar la moda de los adolescentes que trastorna y maltrata el idioma.

Consulte las dudas, pregunte a quien pueda aportarle, porque en definitiva, escribir bien hablará de su calidad de hacer las cosas y contribuirá a que los que están a su alrededor también lo hagan.

Amemos escribir bien, amemos el idioma tan rico que nos ha tocado y promovamos el leguaje que armoniza y que disminuye tensiones, no como la práctica de ahora en la que los adolescentes escriben una palabra compuesta por letras en minúscula y mayúscula en un vaivén insoportable que distorsiona la vista.

Sabemos que es difícil saber todo acerca de la gramática, y que por ello, hay muchos que se especializan en el tema; pero por lo menos que se haga el esfuerzo de encaminar la manera de escribir correctamente, porque es incluso cierto, que hasta en las grandes obras de escritores famosos hay errores, pero son mínimos.

En definitiva, si analizamos el esquema ortográfico actual del país, hasta en los mismos docentes, quedaría comprobado que República Dominicana sacaría muy mala nota en este renglón, situación que a los que nos preocupa la belleza de la escritura, sencillamente nos avergüenza y nos deprime.



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