Pensiones solidarias

Pensiones solidarias

Pensiones solidarias

La cobertura del sistema de salud se haría más humana y abarcadora si se tomaran ciertas decisiones en instituciones del área.

Por ejemplo: si tuviéramos un efectivo sistema de pensiones solidarias se beneficiaría una importante población vulnerable, que incluye a personas, sin importar la edad, afectadas por una discapacidad severa que les impide trabajar y ganarse de manera honrada un sustento para afrontar los compromisos propios y de su familia, si la tuvieran.

Además, habría cobertura para una población considerable de envejecientes que tiene el país, de acuerdo a los últimos estudios estadísticos.

De extenderse la cobertura, tendríamos como beneficiarias de primera línea a madres solteras desempleadas, y que tendrían como misión capital que sus hijos alcancen una escolaridad digna, de calidad, con el propósito de que, tras coronar sus estudios con una profesión o capacitación técnica, aporten al desarrollo del país.

Eso sería lo ideal, lo justo y razonable de acuerdo a la responsabilidad social del Estado, pero (después del pero viene la verdad) todo este entramado para tener un sistema de pensiones solidarias tiene una implicación económica; y depende de la formulación de un presupuesto complementario de 2018, que tendría que impulsar el ministro de Hacienda.

¿Esa cartera se podría comprometer para lograrlo? Si lo hace haría un gran servicio, porque beneficiará a los sectores más vulnerables de la sociedad.



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