Pedro Martínez se la “comió”, para decirlo popularmente, durante el discurso que pronunció en su exaltación a Cooperstown.

El mensaje cae como anillo al dedo, en momentos en que el dominicano, en términos generales, ha perdido el sentido de la historia.

Cuando la sociedad está siendo carcomida por la corrupción, la inseguridad y el desempleo, por solo mencionan tres graves problemas, las palabras de Pedro traen algún tipo de esperanza de que todo no está perdido.

En la ceremonia también quedó demostrado el alto nuestra gente, demostrado por la masiva asistencia de dominicanos procedentes principalmente de diversas ciudades de Estados Unidos.

Creo que el momento cumbre de la actuación de Pedro fue cuando llamó al pódium a su compatriota Juan Marichal, primer dominicano en ingresar a la inmortalidad, con quien alzó la bandera nacional.

Felicitaciones para Pedro Martínez, y que esta exaltación a Cooperstown sirva para que los miles jóvenes compatriotas que tratan de llegar a Grandes Ligas, sepan con toda la claridad, que la gloria se alcanza únicamente con el trabajo y dedicación, que los demás caminos nunca dejan frutos permanentes.

Las muestras están ahí.