Parejas rompen obstáculos para establecer sus propios negocios

Parejas rompen obstáculos para establecer sus propios negocios

Parejas rompen obstáculos para establecer sus propios negocios

La jornada de trabajo de Juan y Teresa inicia en las primeras horas del día, ayudados por 5 colaboradores que prestan servicios en su residencia. elieser tapia.

SANTO DOMINGO.-Salir adelante para Juan y Teresa no ha sido fácil. Hace cinco años la pareja residente en Hacienda Estrella, de La Victoria, empezó la crianza de cerdos como medio de sustento, sin embargo, el negocio familiar ha pasado por muchos obstáculos para llegar a donde está hoy.

“En un momento perdimos el capital que teníamos y tuvimos que ponernos a hacer bizcochos para venderlos y así poder mantener los cerdos”, narra Teresa, mientras recuerda que fueron muchas malas noches que tuvieron que atravesar.

Evolución

Empezaron con apenas 5 cerdos, cuatro hembras y un macho, luego de los esfuerzos realizados ahora cuentan con 70 madres y varios “padrotes” con los que mensualmente producen 150 marranos.

Cada una en promedio pare 12 cerdos. Aun así, están por debajo de la demanda de la zona, por lo que este año piensan incrementar la crianza a 250 cerdos al mes, los cuales cuando tienen entre 90 y 100 kilos son vendidos a terceros.

Por lo regular el precio de estos animales oscila entre los 2,500 y hasta los 25,000 pesos. “Con ahorro, trabajo, disciplina y perseverancia se puede lograr”, resalta la pareja. Estos animales no solo son vendidos a mataderos, sino también a otras granjas.

Otra historia

A 30 kilómetros de la crianza de cerdos de Juan y Teresa se encuentra un taller de metalmecánica propiedad de Luis y Ananda, dos jóvenes de 31 años, quienes al pasar por un momento de dificultad económica emprendieron su propio negocio.

Luis y Ananda se distribuyen parte de las labores  realizadas en el taller.  ELIESER TAPIA.

Luis y Ananda se distribuyen parte de las labores realizadas en el taller. ELIESER TAPIA.

Los esposos iniciaron sus operaciones en la marquesina del padre de Ananda, ubicada en el ensanche Isabelita y de ahí se han expandido hasta tener toda una esquina con sus instalaciones.

Con una sonrisa en su rostro, Luis recuerda que esperaba que su suegro sacara el vehículo para salir de la casa para él empezar a trabajar.

LRAB Servicios SRL es el nombre de la pequeña empresa, de la cual pueden sostener su familia compuesta por tres niños, así como ayudar a los jóvenes del entorno a trabajar.

“Esto era un sueño que yo tenía de contar con mi propia empresa”, asegura Luis, mientras detrás se escuchan las maquinarias del taller.

El joven logró poner en marcha este negocio luego de que fue despedido de un trabajo similar para el que ofrecía diversos servicios.

“Mi esposa es quien maneja las cuentas y me encargo de las labores administrativas”, explica Luis, mientras pasaba su brazo derecho por encima del hombro de Ananda.

Apoyo crediticio

Tras explicar sus historias de superación, ambas parejas significaron el apoyo que representó para ellos poder contar con una entidad que creyera en sus proyectos.

En los dos casos, acudieron al Banco Adopem, donde recibieron un empuje con préstamos para poner en marcha las ideas que albergaban.

Explicaron que empezaron con pequeños capitales que debieron ser completados para cumplir sus objetivos.



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