Paisajes transfronterizos: Parque Ecológico Binacional Dajabón-Ouanaminthe

Paisajes transfronterizos: Parque Ecológico Binacional Dajabón-Ouanaminthe

Paisajes transfronterizos: Parque Ecológico Binacional Dajabón-Ouanaminthe

Hablar de un espacio público compartido por dos naciones es un tema que puede fácilmente derivarse en una discusión de legalidad y de control político y no de la pertinencia en términos urbanos y sociales que validan y exigen la generación de espacios públicos.

 Este es el caso del proyecto del parque ecológico binacional que se localiza entre Dajabón (República Dominicana) y Ouanaminthe (Haití), que además de ser un ejercicio de planificación territorial y de diseño es también un énfasis económico y político de los intercambios que suceden sobre los terrenos destinados al parque.

La línea fronteriza de nuestra isla en su extensión completa es una zona compleja, dado los temas de tráfico legal e ilegal de personas y mercancías, así como por temas de conurbaciones urbanas a ambos lados de la frontera y de sistemas naturales que afectan a ambas naciones.

  Esta complejidad de la región fronteriza, luego del terremoto del 12 de enero de 2010, la convierte también en una zona aún más vulnerable a cualquier situación que esté sucediendo en Haití y a cualquier decisión que se tome del lado dominicano.

 Por ejemplo, luego del terremoto llegó la temporada ciclónica y con ella la tormenta Tomás, la cual afectó directamente a Haití y a toda la zona fronteriza, inundando gran parte de los terrenos destinados al parque y erosionando el borde urbano de Dajabón.

 La inestabilidad

Luego de esta tormenta y de más lluvias apareció el cólera en Haití y con ello la frontera se cerró y  se restringió el cruce hacia la República Dominicana.

Esto provocó una inestabilidad en todos los cruces fronterizos y se agravaósobre todo en Dajabón-Ouanaminthe, donde el comercio binacional es el mayor en ingresos de toda la zona fronteriza, llegando a producir un millón de dólares cada día que se celebra.

Es así como la aparición del cólera aceleró los cambios que se venían haciendo de cómo y dónde sucedía el comercio binacional en Dajabón.

Se cerró lo que se conoce como el ‘puente viejo’ y se abrió el puente nuevo, se reubicó el comercio de manera definitiva al edificio del mercado nuevo y los terrenos adyacentes. Todo esto sucedió en menos de dos meses (antes de terminar  2010) en parte del área sobre la cual se ha planificado el parque.

Un nuevo diseño

Esta fragilidad e inestabilidad de la frontera domínico-haitiana propone un reto para el diseño del parque, convirtiéndolo no sólo en un proyecto de conservación y promoción de la biodiversidad, sino que también incluye otras variables que se superponen al espacio público: economía, recreación, intercambio cultural y relación con el tejido urbano de ambas ciudades.

Más allá de una composición espacial y formal, la propuesta construye un espacio transfronterizo para consolidar el intercambio sociocultural entre ambas ciudades.

Es decir, intenta estabilizar todos estos flujos de cambio y de impermanencia al mismo tiempo que pretende canalizar todo lo positivo que sucede entre República Dominicana y Haití.

En este sentido, las profesiones ligadas al diseño arquitectónico y urbano están intrínsecamente ligadas a la idea de territorio, sobre todo cuando hablamos de paisaje y ecología.

Al mismo tiempo, la idea de territorio, ecología y paisaje están intrínsecamente ligadas a la política, más aún cuando encontramos la presencia de una frontera.

 Dentro de este marco de referencia el diseño no es sólo un ejercicio para generar un producto creativo, sino que también promueva valores que van más allá de la estética propuesta por códigos profesionales e incluso de la ética que promueve el desarrollo sostenible.

Es una condición que reta lo que Al Gore ha llamado nuestra ‘imaginación moral’. Este es el caso de ejecutar un parque binacional en nuestra isla, llegar a valorar aspectos que van más allá de la idea de un parque tradicional con fines recreativos y visualmente atractivo.

Ideal para ambos

 Entendido así, el diseño no sólo ayuda a mejorar la calidad ambiental de ambos lados del río y del río mismo, sino que también facilita nuevas políticas / programas que puedan influir positivamente en el intercambio entre los ciudadanos de ambos países más allá de su activa relación comercial, y que promuevan ciertos valores aunados al medio ambiente.

El momento del parque que resume una posible ‘política del diseño’ es cuando el parque aborda el espacio donde entra la línea fronteriza, la cual se proyecta como un evento socio-cultural y de encuentro donde se superpone el paisaje natural y el humano y un lado y el otro. 

 



Etiquetas