Santo Domingo.-El nuevo modelo penitenciario se caracteriza por ofrecer un trato digno e igualitario a los privados de libertad. Este es muy diferente del viejo modelo, donde predomina el hacinamiento, la insalubridad, abusos y la falta de oportunidad que permita a los presos tener la posibilidad de reintegrarse a la sociedad.

De 41 cárceles que tiene el sistema carcelario, solo 20 funcionan bajo este modelo, donde se aplican las bases de observación, tratamiento y prueba para lograr la rehabilitación de los internos y su reinserción social.

Características

En el modelo antiguo se les llama despectivamente “presos”, “reclusos” o “convictos” a los condenados por robo, estafa, homicidio, y otros delitos penales, mientras que en el nuevo se les llama “internos”.

De los 26,403 reos de la población carcelaria, 9,632 están distribuidos en recintos del nuevo modelo, según las estadísticas generales de los Centros de Rehabilitación y Corrección.

Entre las principales características de dicho sistema se encuentra la educación obligatoria. Este aspecto es la clave para que el individuo privado de libertad pueda demostrarse a si mismo y a la sociedad su arrepentimiento.

Cada recinto ofrece alfabetización, docencia hasta el nivel secundario y más de 40 opciones de formación técnica, manteniendo índice cero de analfabetismo, creando las bases para un sistema productivo organizado que contribuye a su sostenibilidad.

A diferencia del anterior, los internos del nuevo sistema producen en agropecuaria, metalmecánica, confección, repostería y artesanía, fabricando ellos los uniformes, la ropa de cama y parte del mobiliario para equipar nuevos centros, aplicando con esto terapias ocupacionales y el interno recibe ingresos económicos por su trabajo.