Oxi: el no griego

Oxi: el no griego

Oxi: el no griego

Frederich E Berges

Grecia, nación ubicada en el suroeste europeo, con unos 11 millones de ciudadanos esparcidos a lo largo de sus casi 132 mil kilómetros cuadrados, es miembro de la Unión Europea y adscrito a la moneda única del euro desde 2001.

Hoy enfrenta una extraordinaria crisis económica por el peso de su deuda externa de unos 320 mil millones de euros, cerca del 175% de su Producto Bruto Interno.

En términos sencillos, estas cifras significan cuán inmanejable es su deuda pública, surgida gracias al engaño incurrido en el pasado en la divulgación de sus cifras de desempeño económico y la utilización de la emisión de bonos como herramienta para sostener la expansión económica, y posteriormente, el sostenimiento del déficit presupuestal y la posposición de las medidas requeridoras para su saneamiento.
Durante este mes pasado de junio, los acreedores, aglutinados en la denominada Troika: Comisión Europea (CE), Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), han estado presentando un nuevo paquete de rescate financiero, frente al cual la cúpula política de ese país, representado por el primer ministro Alexis Tsipras, convocó un referéndum para que el pueblo griego se pronuncie si acepta los términos de renegociación, o no (oxi en griego), rechaza la propuesta y requiere una renegociación más humana.

Al lanzarse el pueblo Griego hacia un vacío con consecuencias aun no sospechadas, la Unión Europea deberá acceder a una posición más racional, sin exigir tanto sacrificio humano, preservando a la sociedad griega, y políticamente su pertenencia a la unión y al eje de la NATO, alianza militar norteamericana – europea.

El empoderamiento del pueblo griego para que se procuren términos de renegociación más racionales a su deuda externa es una gran lección para los políticos en cuanto a que los pueblos se les podrá exprimir, pero no ahorcar. Tomen nota apreciados candidatos.

 



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