SANTO DOMINGO.-Una orden de alejamiento no fue suficiente para detener el conflicto que desde hace varios años sostenían Miguel Luis Sosa Santana (el Mello), occiso, y Simeón Cuevas Peña (el Chicharronero), victimario, quienes tenían una litis judicial por el uso de un espacio que terminó en tragedia.

Las discusiones y amenazas entre ambos vecinos eran cada vez más frecuentes, a pesar de los intentos de conciliación en el Tribunal de la Cámara Civil y Comercial de la Fiscalía de la provincia Santo Domingo, según manifestó Massiel Esmeraly de la Rosa, esposa de la víctima.

“Miguel también había puesto su querella porque él (el Chicharronero) y su hijo lo amenazaban constantemente, por lo que les impusieron una orden de alejamiento”, dijo De la Rosa en medio del llanto y reclamos de justicia.

La riña que dejó tres muertos el pasado miércoles en el sector La Toronja se originó por el bloqueo de la entrada de la vivienda de Cuevas Sosa, quien había interpuesto una querella hace varios años, supuestamente porque Sosa Santana estacionaba en dicho frente los vehículos que reparaba en su taller, ubicado en el local contiguo.

Tras la tragedia el vehículo que la generó fue movido.

Vecinos de la calle Jacobo Majluta manifestaron que el año pasado una infante de siete años murió aplastada por un vehículo que era sacado de reversa por uno de los mecánicos del taller, lo que generó el rechazo del taller en el lugar.

Los hechos

Según relataron los vecinos, la riña inició cuando el raso de la Policía Juan David Cuevas Acosta, hijo del Chicharronero, le exigió a Sosa Santana que retire su vehículo del frente de la residencia de sus padres, originándose una discusión en la que intervinieron los ayudantes del Mello, donde supuestamente uno de ellos propinó un golpe al agente.

Fue en esas circunstancias que el agente Cuevas Acosta, quien fue apresado ayer, haló su arma y la emprendió a tiros contra Sosa Santana (el Mello), Jeyson Fernández y Miguel Ángel Montero, quienes murieron en el acto.

—Reitera llamado
El director general de la Policía, mayor general Ney Aldrin Bautista Almonte, reiteró su llamado a la ciudadanía a impulsar como norte la convivencia pacífica, y abandonar de una vez por todas la violencia que tanto nos afecta.